Julian Assange, el enigmático informático que puso en jaque a los Gobiernos

  • Julian Assange, el controvertido y enigmático fundador del portal WikiLeaks, ha puesto en jaque a Gobiernos de todo el mundo con la divulgación de miles de cables diplomáticos confidenciales de EEUU y otros documentos secretos.

Judith Mora

Londres, 2 nov.- Julian Assange, el controvertido y enigmático fundador del portal WikiLeaks, ha puesto en jaque a Gobiernos de todo el mundo con la divulgación de miles de cables diplomáticos confidenciales de EEUU y otros documentos secretos.

Para unos es un ídolo de masas y un abanderado del periodismo de investigación, y para otros un megalómano sin escrúpulos, pero son pocos los que se atreven a desentrañar la personalidad del "exhacker".

El informático australiano perdió hoy en Londres un recurso para evitar su extradición a Suecia, que le reclama por presuntos delitos de abuso sexual cometidos en agosto de 2010 contra dos mujeres.

Con 40 años y padre de un hijo veinteañero, Assange se ha visto debilitado por un largo y rocambolesco proceso judicial en el que ha perdido dinero y prestigio, al cuestionarse su estrategia inicial basada en la idea de que había una conspiración para silenciarle.

La detención de Assange en Londres el 7 de diciembre de 2010 a petición de las autoridades suecas se produjo poco después de que el 28 de noviembre cinco periódicos del mundo -entre ellos "El País" español y "The Guardian" británico- empezaran a publicar, junto con WikiLeaks, 250.000 cables confidenciales de diplomáticos estadounidenses.

La revelación de esos mensajes por parte de Assange puso en aprietos a Gobiernos de todo el mundo y se le atribuye haber inspirado las revueltas en los países árabes.

Numerosas personalidades, como el cineasta Ken Loach y el galardonado periodista de investigación John Pilger, salieron en defensa del australiano cuando, poco después de esa bomba informativa, fue detenido en Londres, tras entregarse voluntariamente.

El periodista y exmilitar Vaughan Smith avaló con otros su fianza y le ha acogido hasta ahora en libertad condicional en su mansión de Norfolk mientras continúa su proceso judicial.

Con el cabello blanco e impecable presencia, Assange había hecho su última aparición pública, antes de hoy, el 15 de octubre ante los indignados acampados ante la catedral de San Pablo, a los que animó a continuar con su lucha.

Nacido en Townsville (Australia) el 3 de julio de 1971, la figura de Julian Assange es un misterio incluso para sus colaboradores, que le describen como carismático e inteligente pero imprevisible.

El informático, de quien se dice que dedica horas a su trabajo sin asearse, comer o dormir, tuvo una infancia nómada en Australia, donde su madre cambiaba constantemente de residencia escapando del padre de su hermano menor, de quien reclamaba la custodia.

En su juventud, Assange fue procesado en ese país por delitos informáticos al acceder, con su grupo International Subversives, a sistemas protegidos de las autoridades, pero salió airoso con una mera multa al valorar el juez que sus actividades respondían a la curiosidad más que a fines delictivos.

Tras estudiar matemáticas y física en la universidad de Melbourne (aunque no se licenció), en 2006 cofundó WikiLeaks, con la misión de exponer información gubernamental que, en su opinión, debería estar al alcance de los ciudadanos.

El también periodista -en 2009 recibió el premio a la profesión de Amnistía Internacional- saltó a la luz pública cuando en abril de 2010 WikiLeaks difundió un polémico vídeo en el que soldados de EEUU disparaban a civiles en Irak en 2007.

De ahí aumentaron sus contactos con la prensa internacional, que culminaron con la divulgación coordinada de los cables diplomáticos en noviembre de 2010, para muchos la mayor exclusiva periodística jamás publicada.

A raíz de su proceso judicial, "The Guardian", con el que Assange colaboró muy estrechamente -le facilitó jugosas informaciones-, se ha distanciado de él e incluso publicó sin su consentimiento una biografía crítica.

En "Wikileaks: dentro de la guerra contra el secretismo de Julian Assange", los reporteros de investigación David Leigh y Luke Harding le presentan como una persona brillante pero de difícil trato y sin escrúpulos, y reclaman su propio papel en las revelaciones de los cables.

Con su prestigio en entredicho y la amenaza de cárcel en Suecia, Assange, que denunció asesinatos extrajudiciales en Kenia, abusos en la cárcel de Guantánamo o vertidos tóxicos de petroleras en Costa de Marfil, afronta un futuro incierto, aunque sus hazañas parece que ya han pasado a la historia.

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