Madrid.- El líder de la mafia ruso-georgiana instalada en España Zakhar Kniazevich Kalashov se ha negado hoy a ser extraditado a Georgia hasta que no "esté seguro" de que en aquel país, donde tiene pendiente condenas que suman 18 años, contará con una "defensa justa".
Así lo ha expresado el jefe mafioso durante la vista de extradición celebrada en la Audiencia Nacional, en la que la fiscal, Dolores Delgado, ha pedido su "entrega inmediata" al considerar que no "existe un solo impedimento" para ello y que, mientras tanto, se mantenga en situación de prisión incondicional ante el "altísimo riesgo" de evasión de la justicia.
Según la fiscal, desde Georgia se han dado "plenas garantías" de un nuevo juicio a Kalashov, condicionamiento que puso la justicia española para extraditarle, ya que las dos sentencias condenatorias a 18 años por delitos de pertenencia a organización criminal y secuestro fueron dictadas por los tribunales georgianos en rebeldía.
"No concurre cosa juzgada, se nos han dado plenas garantías de un nuevo enjuiciamiento, se dan todos los requisitos legales bajo el paraguas de los parámetros constitucionales", ha subrayado Delgado, que ha recalcado que la entrega "no responde a las normas de cortesía, sino de la lucha contra la impunidad", ya que a Georgia "hay que ayudarla en la lucha contra el crimen organizado".
Ha insistido en que Kalashov no es reclamado por un "delito político", sino por "hechos gravísimos" y que, atendiendo a los "medios humanos y materiales trasnacionales para eludir la justicia" con los que cuenta el mafioso, debe que permanecer en prisión incondicional.
En esta situación se encuentra Kalashov desde el pasado 6 de junio, cuando fue arrestado en Marbella (Málaga), aunque su detención no obedecía a la condena a siete años de cárcel impuesta por la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales, sino a la petición de extradición presentada el pasado 25 de mayo por la Embajada de Georgia.
Su letrado, Javier Gómez de Liaño, ha argumentado que existen "razonables sospechas de que hay una actuación fraudulenta de tal calibre" en dicha petición que no se puede atender, ya que en ella se indicaba que Kalashov estaba huido cuando en realidad conocían su paradero.
A ello ha añadido que los tribunales georgianos le juzgaron "a sabiendas de su ausencia, sin haber hecho el menor esfuerzo por encontrarle" antes de que cursaran la petición de entrega a España y ha añadido que no puede ser extraditado hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el recurso interpuesto por la defensa.
Según el tribunal georgiano que le condenó, Kalashov adquirió el estatus de "ladrón de ley" antes de trasladarse a Moscú en 1989, donde "continuó con sus debates delictivos" para proporcionar a otras personas ese mismo reconocimiento y donde participó en reuniones de líderes del crimen organizado para "dividirse zonas de influencia".
También fue condenado por secuestrar en el año 2000 a un ciudadano estadounidense -cuyo paradero aún se desconoce- para extorsionar a sus familiares, que llegaron a pagar un rescate.
El reclamado, que tras abandonar Georgia se instaló en España, huyó de la Península a raíz de la investigación de la "operación Avispa", desarrollada en la Costa del Sol entre 2005 y 2006, aunque en mayo de ese año fue localizado y detenido en los Emiratos Árabes Unidos y trasladado a territorio español, donde pasó cuatro años en prisión provisional.
Tras ser juzgado por la Audiencia Nacional, mientras se encontraba a la espera de sentencia, fue puesto en libertad bajo fianza de 300.000 euros en marzo, tres meses antes de que fuera finalmente detenido en Marbella.
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