Madrid.- La Audiencia Nacional ha rehecho la sentencia sobre el etarra que gritó "Gora ETA" a la salida del funeral por su padre, que fue anulada por el Tribunal Supremo por contener contradicciones, y le ha vuelto a absolver porque no tiene la convicción de que fuera oído por las personas allí presentes.
Así, en la nueva sentencia, notificada hoy, la sala de lo penal de la Audiencia Nacional absuelve a Jon Urretavizcaya de un delito de enaltecimiento del terrorismo.
En mayo de 2009, la Audiencia había absuelto de estos hechos a Urretavizcaya -encarcelado actualmente por colaboración con banda armada- al considerar que cuando gritó dicha frase no lo hizo en el marco de un acto organizado previamente con esa intención.
La Fiscalía recurrió y el pasado 4 de enero el Supremo, en una sentencia hecha pública el pasado jueves, estimó el recurso, anuló la resolución de la Audiencia y ordenó que los mismos magistrados dictaran otra resolución con una nueva redacción de los hechos probados, incorporando "todos los elementos de naturaleza histórica que resulten de la valoración probatoria".
Los hechos ocurrieron el 28 de junio de 2007, cuando Urretavizcaya fue conducido desde la prisión de Nanclares de Oca (Álava) para asistir al funeral por su padre, que se celebró en una iglesia de Elorrio (Vizcaya).
Durante el oficio religioso, según la sentencia, el acusado estuvo custodiado en la sacristía, acompañado de familiares cercanos, y a la salida del acto fue trasladado al vehículo policial, trayecto durante el cual recibió "efusiones de paisanos", a lo que respondió "alzando los brazos al grito de 'Gora ETA'", que repitió tres veces.
El Alto Tribunal concluyó que la sentencia de la Audiencia decía por una parte que el acusado repitió "Gora ETA" tres veces, para añadir luego que "las condiciones de difusión eran escasas" y, por otro lado, que "cuando pronunció (el acusado) las palabras, la gente se abalanzó y los antidisturbios tuvieron que repeler para poder introducir a Jon en el coche".
Según el Supremo, no se explicaba "si el grito tuvo mucha, poca, escasa o nula difusión", lo que ahora ha especificado la Audiencia Nacional en su sentencia, en la que señala que cuando el acusado gritó los agentes antidisturbios le introdujeron en el coche, por lo que sus voces "por las circunstancias de tumulto del público apenas fueron audibles".
"En el supuesto a examen, no alcanzamos la convicción sobre si las palabras pronunciadas redundaron en el necesario conocimiento público, y nos conduce a un pronunciamiento favorable", concluye la sentencia.
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