La delincuencia organizada se reparte la tarta del delito

  • Tres miembros, una permanencia en el tiempo y una especialización de funciones. Con eso basta para formar un grupo de delincuencia organizada, una actividad asentada en España, donde latinoamericanos, búlgaros, albano-kosovares, rumanos, magrebíes, chinos y españoles se reparten la tarta del delito.

Madrid, 15 dic.- Tres miembros, una permanencia en el tiempo y una especialización de funciones. Con eso basta para formar un grupo de delincuencia organizada, una actividad asentada en España, donde latinoamericanos, búlgaros, albano-kosovares, rumanos, magrebíes, chinos y españoles se reparten la tarta del delito.

Sólo en los cinco primeros meses de este año, la Policía Nacional y la Guardia Civil desmantelaron un total de 212 grupos organizados, la mitad de ellos totalmente, y arrestaron a 2.260 personas pertenecientes a los mismos, según datos del Ministerio del Interior.

Entre enero y mayo las fuerzas de seguridad abrieron 5.412 investigaciones sobre la actividad de grupos organizados, lo que supuso un 23 por ciento más que el mismo período del año pasado.

Y aunque es imposible saber el número de organizaciones de este tipo -la mitad de ellas dedicadas al tráfico de drogas y blanqueo de capitales-, las cifras que arrojó la lucha policial en 2012 contra ellas da idea de su "arraigo" en España: 16.642 personas investigadas, 6.460 arrestadas, 482 grupos detectados y 449 desarticulados.

Además del delincuente miembro de una banda internacional que puntualmente viaja a España a perpetrar un delito, existe un número considerable de organizaciones asentadas en nuestro país que, incluso, se reparten la tarta según nacionalidades.

Como recuerda a Efe el jefe del departamento de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Antonio Cortés, de Latinoamérica, especialmente de Colombia, Perú y Ecuador, y del Magreb proceden las bandas dedicadas al narcotráfico de cocaína y hachís, respectivamente.

Generalmente son albano-kosovares los grupos especializados en robos en naves industriales y comerciales; búlgaros los que muestran mayor habilidad y disposición de medios tecnológicos para la sustracción de vehículos; y rumanos los que prácticamente tienen el monopolio del robo del cobre, sin despreciar los atracos a entidades bancarias por la noche y los robos en casas.

Mientras, las bandas españolas se han especializado en robos con el método del alunizaje y en la sustracción en ruta de la mercancía que transportan los camiones.

Los más peligrosos, por la delincuencia asociada que conllevan, son los narcotraficantes, donde los ajustes de cuentas, con homicidio incluido, son habituales. Y también son los grupos más especializados, los de mayor "poderío económico" y lo que cuentan con mayor infraestructura dadas las características de su "negocio".

Pero además de esta delincuencia organizada, existe otra, "mas silenciosa", cuya actividad, explica Cortés, es menos percibida por los ciudadanos y que está integrada por chinos, rusos e italianos.

Las bandas chinas se dedican en España al tráfico de seres humanos, delitos fiscales y contra la propiedad intelectual y contrabando de todo tipo de materiales.

Mientras, los rusos eligen España para blanquear, a través de inversiones inmobiliarias, el capital procedente de los delitos que perpetran en su país.

También los grupos o mafias italianas, con un espectro delictivo más amplio, optan por España para su actividad de blanqueo y tráfico de drogas, aunque los golpes policiales que ha recibido les han obligado a dejar de percibir nuestro país como el paraíso que llegó a ser para ellos hace tiempo.

No han detectado los investigadores una mayor o menor actividad del crimen organizado debido a la crisis económica, resalta Cortés antes de insistir en que los grupos delictivos están en permanente evolución, como demuestra la aparición de nuevos "modus operandi" o procedimientos.

En el tráfico de drogas, por ejemplo, los narcos han optado por un mayor uso de contenedores -es prácticamente imposible inspeccionar todos y cada uno de ellos- para introducir la droga por todos los puertos del país, con métodos como el denominado "gancho ciego".

Preocupa también a los investigadores el incremento del robo en cajeros automáticos, que bandas de países del Este y españolas revientan con una mezcla de explosivo, un método que empezó a utilizarse hace unos dos años.

Ya se ha desarticulado varias organizaciones dedicadas a un delito con un "modus operandi" que también se ha extendido en Francia, Holanda y Bélgica.

Búlgaros y polacos son los grupos que más inquietan a los investigadores que persiguen el robo de vehículos. Son bandas que conocen muy bien la tecnología, de la que hacen uso para manipular matrículas y número de bastidor antes de "exportar" los coches a otros países, bien en contenedores a países africanos a través de Ceuta y Melilla o bien a países del Este por carretera.

El uso de inhibidores para anular los sistemas de alarma ha facilitado a los delincuentes especializados el robo de viviendas unifamiliares, de las que en ocasiones también sustraen los coches para utilizarlos en otros delitos.

Cortés hace hincapié en la colaboración internacional para atajar el crimen organizado, cuya persecución va más allá del esclarecimiento del delito concreto, ya que se trata de desarticular todo el grupo criminal, desde el cabecilla hasta el último miembro; de atacar su estructura económica y de investigar el blanqueo de los beneficios de su actividad.

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