La economía de Kenia se ralentiza por la incertidumbre de las elecciones

  • La economía de Kenia, la más importante de África Oriental, se ha ralentizado ante la incertidumbre de las elecciones del próximo 4 de marzo, que tienen lugar cinco años después de la violencia postelectoral que causó unos 1.300 muertos.

Helen Cook

Nairobi, 28 feb.- La economía de Kenia, la más importante de África Oriental, se ha ralentizado ante la incertidumbre de las elecciones del próximo 4 de marzo, que tienen lugar cinco años después de la violencia postelectoral que causó unos 1.300 muertos.

Kenia, que en los últimos años ha mantenido una tasa de crecimiento estable que se situó en el 4,7 por ciento en 2012, es el líder de la región en cuanto a transportes, telecomunicaciones, turismo, construcción y manufactura.

Además, el sector agrícola ha experimentado en el último año un gran desarrollo, que llegó a alcanzar un 6,9 por ciento en el tercer trimestre de 2012.

Sin embargo, estos logros económicos se están viendo ya afectados por la llegada de las elecciones, especialmente el turismo, que domina el sector servicios de Kenia y que en determinadas zonas del país es la principal fuente de ingresos.

La temporada alta del turismo en Kenia, de junio a septiembre, está teniendo menos éxito que otros años, y los empresarios de quejan de que están recibiendo para esas fechas muchas menos reservas de las habituales.

"A estas alturas, las reservas de hotel suelen estar en un 40 por ciento, pero aún no hemos llegado a esas cifras", asegura el director de la Asociación de Hostelería y Empresas de Catering de Kenia (KAHC), Mike Macharia, que cree que los turistas están esperando a ver cuáles son los resultados de los comicios.

Por ello, los empresarios del país están pidiendo insistentemente a los políticos kenianos que hagan todo lo posible para asegurarse de que las elecciones serán pacíficas, y que dirijan mensajes de tranquilidad a los ciudadanos.

Tal es la preocupación de los kenianos por el declive de su economía y las posibles consecuencias que puede tener una ola de violencia como la que se vivió a finales de 2007 y principios de 2008, que este fue uno de los principales temas que se trató en el segundo debate presidencial, celebrado a una semana de los comicios.

Antes y después de las pausas publicitarias del debate, se pudo ver a los aspirantes a la Presidencia pronunciando mensajes de paz en los que instaban a los ciudadanos a no acudir a las armas en caso de disputa, sino a las instituciones judiciales.

La tensión y la incertidumbre antes de las elecciones está afectando también a los negocios a pequeña escala, pues el miedo a que se repita el baño de sangre de 2007-2008 está impulsando a muchos kenianos a dejar las ciudades y volver a las zonas rurales.

Ese fenómeno se palpa, por ejemplo, en Kibera, el asentamiento de chabolas más grande de Nairobi -y uno de los más extensos de África-, que fue una de las zonas más afectadas por la violencia postelectoral de 2008.

Según cuenta a Efe Rajab Haile, propietario de varias viviendas que alquila a trabajadores de Kibera, gran parte de los inmuebles que posee permanecen vacíos desde hace semanas por el éxodo hacia el campo.

"La gente -agrega- está volviendo a sus pueblos. Eso significa que yo estoy perdiendo mucho dinero, y es la única fuente de ingresos que tengo. No consigo que nadie me las alquile porque nadie quiere quedarse en Kibera".

Mientras, los comercios de la zona optan por mantener su despensa prácticamente vacía por temor a que sus bienes sean saqueados si estallan disturbios en Nairobi.

Haron Macharia, que posee una pequeña tienda en el barrio chabolista, fue testigo directo de la violencia de finales de 2007 y principios de 2008, cuando varios asaltantes irrumpieron en su local y se llevaron todas las mercancías.

"No estamos acumulando productos ahora mismo, estamos vendiendo lo que tenemos", indica Macharia.

"Los que se dedican a saquear negocios en momentos de inestabilidad están ahora mirando en qué tiendas tienen mercancías y en cuáles no", asegura el comerciante, convencido de que este año las elecciones volverán a dejar un reguero de sangre.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también cree que la economía keniana frenará su avance si las elecciones no son libres y pacíficas.

Sin embargo, el FMI detalla que, en el caso de que el candidato Uhuru Kenyatta, acusado por la Corte Penal Internacional (CPI) de ser uno de los instigadores de la violencia postelectoral de 2008, gane las elecciones, Kenia no se vería afectada.

Según expertos del Fondo, la economía de Kenia depende ahora en menor medida de Europa, por lo que no notaría tanto el impacto de posibles sanciones económicas que podría aplicar la Unión Europea si Kenyatta se convierte en el próximo presidente del país.

"El crecimiento de Kenia está siendo impulsado por la clase media emergente y las inversiones en campos como la tecnología de la información y las infraestructuras", aseguró un representante del FMI, Domenico Fanizza, en una reciente visita al país.

"No veo -agregó Fanizza- que vaya a haber un impacto directo (de posibles sanciones occidentales) sobre el desarrollo económico".

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