La fiesta interminable de Podemos: "La historia es nuestra y la hacen los pueblos"

"La historia es nuestra y la hacen los pueblos". Un emocionado Pablo Iglesias salió al escenario de la plaza del museo Reina Sofía, pasadas las 0.30 de la madrugada.

Más de 3.000 personas lo vitoreaban en el final de una noche memorable para Podemos, tras el resultado histórico para esta agrupación en el 20-D.

Aquí se concentraron cientos de sus seguidores, con clima festivo y reivindicativo. Pasada la medianoche, Iglesias y todo su equipo, con Iñigo Errejon a su lado, irrumpieron en un escenario que les trae gratos recuerdos.

Aquí se dieron cita en las elecciones europeas de 2014 y desde ahí tomaron el espacio como un lugar de referencia. Abrazados, emocionados y con lagrimas en los ojos, todo los máximos referentes de Podemos fueron hablando uno a uno, hasta el cierre de Iglesias.

La multitud cantaba abajo: "Sí se puede, sí se puede", "Que sí que sí, que sí nos representan".

En el escenario se escucharon frases como: "La calle entra en el Congreso para quedarse", "éste es el día para el que nacimos " y una tremenda ovación para iglesias cuando dijo: "La democracia debe llegar a la economía".

"La revolución no está en las banderas, la jornada de hoy es histórica", manifestó Iglesias, a quien se le quebró la voz. "Este es el Madrid digno de las plazas," dijo el líder , que leyó de su puño y letra en escrito en el que homenajeaba a sus familiares.

"Los actos heroicos que hacen patria son gestos cotidianos. Esta noche quiero homenajear a los heroes anónimos que pueden cambiar un país ", afirmó.

"Se escuchan las voces de que algo ha cambiado. Una España de sus pueblos y sus gentes", rugió Iglesias. El líder de la formación salió al escenario de la plaza del museo Reina Sofía, pasadas las 0.30 de la madrugada.

Hubo música y pantallas gigantes. Hubo gente muy joven y también familias y ancianos que poblaban toda la plaza, hasta llegar a las escalinatas del museo. Tampoco faltaron las banderas republicanas y las menciones para Salvador Allende, Compay, García Lorca y tantos otros. Sobre la 1.30 h los manifestantes fueron desconcentrándose. Ellos habían dado la gran sorpresa de la jornada.