La incorporación de China, Brasil o India al Consejo Ártico es "conflictiva"

  • La incorporación de potencias emergentes como China, Brasil o India, así como la Unión Europea, al Consejo Ártico (CA) es un "tema conflictivo sin resolver", reconoció a Efe un grupo de expertos que hoy presentó 19 recomendaciones sobre la gobernanza del Ártico.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 29 may.- La incorporación de potencias emergentes como China, Brasil o India, así como la Unión Europea, al Consejo Ártico (CA) es un "tema conflictivo sin resolver", reconoció a Efe un grupo de expertos que hoy presentó 19 recomendaciones sobre la gobernanza del Ártico.

El grupo de expertos recomendó que países como China, Brasil o India, que han solicitado el puesto de observador en el Consejo Ártico (CA), reconozcan de forma pública su respeto a los derechos de los indígenas del Ártico como paso previo a cualquier discusión.

Esta es una de las 19 recomendaciones realizadas al Gobierno canadiense, que durante los dos próximos años presidirá el Consejo Ártico, un foro intergubernamental de alto nivel encargado de fomentar la cooperación y coordinación entre los estados árticos, y del que forma parte España, entre otros países.

El Consejo Ártico, constituido en 1996 tras un acuerdo firmado en Ottawa y que es independiente de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se ha convertido en el organismo encargado del desarrollo de la región que cada vez más países consideran vital para sus intereses nacionales.

Sarah French, directora del Programa de Munk-Gordon sobre Seguridad del Ártico de la Universidad de Toronto, que en enero de este año organizó una conferencia internacional sobre la región, dijo a Efe que las recomendaciones están siendo presentadas a Canadá, que presidirá el CA en 2013 y 2014.

"Las recomendaciones tratan de reflejar los puntos de vista expuestos durante esa reunión, pero también algunas recomendaciones concretas para Canadá sobre las áreas prioritarias durante la presidencia canadiense", dijo French.

El Consejo Ártico está formado por ocho miembros permanentes (Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia, Suecia y los Estados Unidos) y seis participantes permanentes en representación de organizaciones de pueblos indígenas del Ártico.

Además, seis observadores permanentes participan en el Consejo Ártico: Francia, Alemania, Holanda, Polonia, España y el Reino Unido.

Pero las principales economías emergentes del mundo, así como la Unión Europea (UE), demandan su integración en la organización ante la creciente importancia que la región ártica va a tener en la economía mundial, ya sea por la apertura del Ártico como ruta de navegación comercial o para la explotación de recursos naturales.

En enero, el embajador español para Asuntos Polares y Oceánicos, Marco Gómez Martínez, declaró a Efe durante la conferencia ártica de Toronto que aunque España es sólo un observador del Consejo Ártico y la decisión corresponde a los ocho países permanentes, Madrid respalda la petición de la UE de sumarse a la institución.

Gómez Martínez también señaló que las áreas de interés de España en el Ártico son la potencial apertura al transporte marítimo, las labores científicas, la pesca, así como la explotación de recursos naturales, un campo en el que la petrolera Repsol ya ha firmado acuerdos con empresas rusas para operar en la región.

Tony Penikett, asesor del Programa de Munk-Gordon sobre Seguridad del Ártico de la Universidad de Toronto y uno de los especialistas que ha redactado las recomendaciones, reconoció a Efe que la cuestión de la inclusión de nuevos observadores al CA es la más conflictiva y "no está resuelta".

"Los grupos indígenas del Consejo Ártico consideran muy importante desde su punto de vista que su participación sea reconocida y honrada", explicó Penikett.

También señaló que "cualquier país que quiera ser miembro del CA" no sólo deberá reconocer "la soberanía de los ocho estados árticos, sino también los derechos de los indígenas árticos sobre recursos naturales. Eso es de importancia crítica".

Frente a esta postura, países como India han señalado que otras naciones del mundo tienen intereses marinos y energéticos, entre otros, en la región.

"Su visión es que si no se convierten en observadores del Consejo Ártico, con el tiempo la organización puede perder relevancia y esos grandes poderes buscarán otro foro para expresar sus puntos de vista sobre el Ártico", dijo Penikett.

Sin embargo, los grupos indígenas del Ártico no sólo se oponen a la incorporación al CA de potencias emergentes como China, India o Brasil, sino también a la entrada de la Unión Europea por la oposición de los países del bloque a la importación de productos derivados de la caza comercial de focas.

Otras recomendaciones del grupo de expertos se refiere a la realización de estudios sobre la gestión de los recursos pesqueros del Ártico, a trabajar "de forma urgente" en un instrumento de respuesta a derrames petrolíferos y a que la Organización Marítima Internacional adopte un código obligatorio.

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