La madre de Diana Quer, Diana López-Pinel, ha asegurado hoy, durante la reconstrucción de la desaparición y muerte de la joven, que "tener tan cerca al asesino" de su hija "es muy duro". Esta mañana El Chicle abandonaba la prisión para reconstruir lo que sucedió la noche en la que diana fue asesinada. Los agentes le han llevado hasta el lugar de los hechos y, con dos bidones de gasolina y un maniquí, intenta explicar lo que sucedió.
Los municipios coruñeses de A Pobra do Caramiñal y Rianxo acogen hoy la reconstrucción de los hechos que ocurrieron en agosto de 2016, cuando desapareció Diana Quer, cuyo cadáver fue encontrado a finales de 2017 en un depósito de agua en el segundo término municipal.
Diana López-Pinel estaba esta mañana junto a la hermana pequeña de Diana Quer, Valeria, en su domicilio de A Pobra, desde donde ha intentado acercarse a la reconstrucción, aunque no se lo han permitido, y la ha observado en la distancia.
"Tener tan cerca al asesino de mi hija es muy duro", ha comentado a los periodistas antes de reconocer que tanto ella como su hija Valeria están "mal".
La reconstrucción, que empezó a las 10.25 horas, acumula más de una hora en A Pobra, el punto donde desapareció la joven madrileña aquel 22 de agosto y donde el autor confeso de su muerte, José Enrique Abuín, dijo que perdió la vida. Allí los agentes, que han querido tapar en todo momento los movimientos, han llevado dos bidones de gasolina y un maniquí para que El Chicle les relatara lo que pasó aquella noche.
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