La muerte de Anabel Segura nunca se olvida, aunque se haga justicia

  • La muerte de Anabel Segura nunca se olvida ni se ve "correspondida por la justicia, aunque se haga justicia", ha declarado hoy a Efe el abogado y expolítico Rafael Escuredo, que fue portavoz de la familia de la joven secuestrada y asesinada hace 20 años cuando salió de su casa para practicar "footing".

Paco Pardo

Madrid, 12 abr.- La muerte de Anabel Segura nunca se olvida ni se ve "correspondida por la justicia, aunque se haga justicia", ha declarado hoy a Efe el abogado y expolítico Rafael Escuredo, que fue portavoz de la familia de la joven secuestrada y asesinada hace 20 años cuando salió de su casa para practicar "footing".

Cuando se cumplen dos décadas del suceso, Escuredo ha recordado nada más levantarse de la cama, como por obra de un resorte, lo acontecido aquel 12 de abril de 1993 y todo lo que vino después: uno de los crímenes más deplorables de la historia española de finales del siglo XX.

"A las siete y pico de la mañana de hace veinte años sonó el teléfono de mi casa; era Pepe Segura, el padre de Anabel. Yo creí que era por un asunto de trabajo y me dijo entrecortadamente: 'Se han llevado a mi hija; han secuestrado a mi hija'", recuerda el conocido abogado, que ejerció como portavoz familiar.

A partir de entonces se desencadenó el que en su momento fue considerado el secuestro civil más largo de la historia, aunque la realidad descubierta dos años y medio después, cuando se encontró el cadáver, fue otra: Anabel fue asesinada a las pocas horas de ser secuestrada cuando hacía "footing" cerca de su casa, en la urbanización madrileña de La Moraleja.

"El padre había salido con un bastón de hierro, por los alrededores, buscando a su hija. Cuando llegué yo me encontré con toda aquella situación con un dramatismo que no se puede describir y ese calvario duró dos años y medio y acabó como acabó", comenta Escuredo.

El 28 de septiembre de 1995, la policía detuvo en Madrid y en la localidades toledanas de Escalona y Pantoja a los sospechosos del crimen, que se derrumbaron y confesaron que la joven fue asesinada horas después el secuestro, que fue fortuito y de carácter sexual, aunque luego decidieron pedir un rescate al enterarse de que pertenecía a una familia acomodada.

Los asesinados desvelaron el lugar de la tumba de Anabel: un fábrica abandonada de Numancia de la Sagra, en Toledo.

"Nosotros esperábamos encontrarla viva como se encontró a la farmacéutica de Olot dos años y pico después de haber sido secuestrada. Pero en fin, esas cosas ocurren y les tocó a ellos desgraciadamente y a Anabel Segura", dice el portavoz

"Pasan los años y curiosamente tengo la impresión -añade Rafael Escuredo- de que fue ayer mismo, porque probablemente fueron unos momentos de una emoción muy tensa y luego cuando ya detuvimos a los asesinos y los llevamos al vertedero, a aquella fábrica abandonada donde aparecieron sus restos, aquello fue una catarsis, algo que no se pude describir con palabras".

Y le tocó comunicárselo a la familia: "A mi me tocó llegar aquel día, casi amaneciendo, a la casa para comunicarles este asunto y aún me parece estar viendo a la madre llorando; al padre, contenido, pero llevándolo por dentro".

"Aquellos fueron momentos extraordinariamente emotivos; no pasa el tiempo por ellos. Desgraciadamente esto nos llevó dos años y medio que podían haberse ahorrado de sufrimiento los padres, porque el mismo día que la secuestraron la asesinaron y la asesinaron de una manera brutal", explica.

Los dos autores materiales fueron condenados en primera instancia a 39 años de cárcel, que el Supremo elevó a 43 años.

Escuredo, que fue el primer presidente de la Junta de Andalucía, dice que la única "satisfacción" -"entre comillas"- que tuvo fue, por un lado, que los padres de Anabel "pudieran enterrar cristianamente a Anabel, algo que formaba parte para ellos de una necesidad, saber que podían ir a un sitio donde rezarle", y que condenaran a los asesinos "a un montón de años de cárcel".

Pero lo cierto es que "una perdida como esa nunca se ve correspondida por la Justicia aunque se haga Justicia, pero para los padres esa es una historia que siempre permanecerá abierta", concluye Escuredo.

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