La negociación nuclear iraní profundiza en los temas clave para un acuerdo

  • Las negociaciones internacionales para asegurar que el programa atómico iraní no esconde ambiciones militares han entrado en una nueva fase de profundización, tras dos días de debate que terminaron hoy en Viena en los que se ha avanzado hacia la meta de llegar a un acuerdo definitivo antes de julio.

Antonio Sánchez y Jordi Kuhs

Viena, 19 mar.- Las negociaciones internacionales para asegurar que el programa atómico iraní no esconde ambiciones militares han entrado en una nueva fase de profundización, tras dos días de debate que terminaron hoy en Viena en los que se ha avanzado hacia la meta de llegar a un acuerdo definitivo antes de julio.

La cumbre de esta semana en Viena ha sentado de nuevo en la misma mesa a las grandes potencias, dirigidas por la jefa de la diplomacia europa, Catherine Ashton, y a Irán, representado por su ministro de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.

"Basado en el marco de negociaciones pactado en la reunión del mes pasado, tuvimos discusiones sustanciales y útiles sobre varios asuntos, como el enriquecimiento de uranio, (la planta de agua pesada de) Arak, la cooperación nuclear civil y sanciones", señalaron los dos en una declaración conjunta.

Si bien ninguno de los dos entró en detalle sobre los avances logrados, una alta fuente diplomática estadounidense aseguró a la prensa que las conversaciones fueron "profesionales, respetuosas e intensas", hasta el punto de profundizar en los temas clave "como nunca antes hasta ahora".

Esos temas van desde cuánto y cómo se debe permitir a Irán fabricar combustible nuclear, de uso civil pero también militar; qué tipo de instalaciones puede operar; cómo aclarar las dudas sobre posibles dimensiones militares, y de qué forma levantar las sanciones internacionales.

Estados Unidos, junto a China, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania, integra el conocido como Grupo 5+1 que el pasado noviembre acordó con Irán el plan de trabajo en el que se encuadran estas negociaciones.

"Hemos llegado tan lejos como es posible respecto a lo que hemos acordado", indicó esa fuente en relación a esa hoja de ruta, por la que Irán se avino a suspender las actividades nucleares que más sospechas levantan, a cambio de que se alivien algunas de las sanciones que estaban ahogando su economía.

Zarif, por su parte, incluso se mostró "optimista" con que en torno al 20 de julio pueda estar cerrado un acuerdo, a partir del que comenzarían ya a levantarse todas las medidas punitivas.

Las dos partes acordaron también que la siguiente ronda de contactos seguirá a partir del 7 de abril, de nuevo en Viena, aunque ya antes se celebrarán encuentros técnicos para pulir detalles y preparar el terreno a los responsables políticos.

De esta forma, se mantiene viva una negociación que las dos partes han reconocido que es difícil y llevará tiempo.

La cumbre de Viena comenzó marcada por el temor de que la tensión diplomática entre Rusia y Occidente por la crisis de Crimea pudiera minar la cohesión del G5+1 respecto a los contactos con Irán, una posibilidad que fue negada ayer por representantes de la Unión Europea y hoy por Estados Unidos.

"Se ha producido la afirmación y el compromiso (de Rusia) de seguir concentrados" en las negociaciones, señaló una fuente diplomática estadounidense que pidió no ser identificada.

El actual proceso negociador ha desbloqueado años de desencuentro entre la comunidad internacional y la República Islámica, marcados por la falta de transparencia del régimen iraní y por el recurso a las sanciones por parte de EEUU, la UE y la ONU para forzar que Teherán suspendiera su programa atómico.

Paralelamente a los contactos políticos, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha acordado con Irán aumentar las inspecciones y tratar de resolver las dudas sobre la naturaleza de sus esfuerzos atómicos.

Hace más de una década que el OIEA trata de aclarar si el programa atómico iraní es pacífico o no.

Hasta ahora no ha logrado evidencias pero sí indicios que señalan hacia posibles dimensiones militares, un temor compartido por Washington, Bruselas y sobre todo Israel, país que sigue sin descartar un ataque militar contra Irán para neutralizar su programa nuclear. EFE

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