Moscú, 12 jul.- La responsable de derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, pidió hoy una investigación internacional sobre los violentos disturbios ocurridos a finales de 2011 en Kazajistán y que costaron la vida a 15 personas.
"Supongo que tanta incertidumbre sobre un episodio tan grave como el que llevó a muchas muertes (en la ciudad de Zhanaózen) afecta a la reputación de Kazajistán", afirmó la comisaria de los derechos humanos en rueda de prensa en Astaná, capital kazaja.
En declaraciones divulgadas por agencias rusas, Pillay recalcó que a fin de "esclarecer de una vez" las circunstancias de lo ocurrido es necesario llevar a cabo una investigación imparcial a nivel internacional de "sus causas y consecuencias".
En particular, se mostró preocupada por el hecho de que eran muy pocos los periodistas y ONGs a los que las autoridades permitieron trabajar en la zona tras el incidente.
Pillay subrayó, asimismo, la necesidad de aplicar nuevas leyes sobre el funcionamiento de los medios de comunicación en Kazajistán que excluyan la persecución penal por difamación.
Además, subrayó que aún no está claro quién dio la orden de disparar contra los manifestantes y las razones que llevaron a aquella decisión.
En la misma línea, aseveró que la revuelta en la ciudad kazaja refleja numerosos problemas en materia de derechos humanos, legales y judiciales.
Pillay saludó, igualmente, la iniciativa de la autoridades kazajas de prestar ayuda financiera a los familiares de los fallecidos.
La revuelta en Zhanaózen estalló después de que los trabajadores de una empresa de petróleo declararan una huelga para demandar mejoras laborales e incrementos en los salarios y saliesen a la calle para protestar contra lo que calificaron de pésimas condiciones de trabajo.
Según testigos de los incidentes, citados por medios de prensa locales, la policía abrió fuego contra los manifestantes, aunque la Fiscalía General negó este punto y atribuyó los disturbios a la acción de unos "vándalos" que atacaron a ciudadanos que celebraban los veinte años de independencia de Kazajistán.
Las autoridades kazajas reiteraron que los causantes de los disturbios fueron "simplemente un instrumento para desestabilizar" Kazajistán.
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