La paz, el fiel de la balanza electoral colombiana

  • La paz será el fiel de la balanza en las elecciones presidenciales del año próximo en Colombia a juzgar por las manifestaciones del presidente Juan Manuel Santos y otros líderes políticos del país tras el anuncio del mandatario de buscar la reelección.

Jaime Ortega Carrascal

Bogotá, 21 nov.- La paz será el fiel de la balanza en las elecciones presidenciales del año próximo en Colombia a juzgar por las manifestaciones del presidente Juan Manuel Santos y otros líderes políticos del país tras el anuncio del mandatario de buscar la reelección.

Santos comunicó el miércoles al país que el próximo lunes entregará a la autoridad electoral la carta en la que oficializa su decisión de renovar en las urnas su mandato, que termina el 7 de agosto de 2014, y prolongarlo hasta 2018, y lo hizo con un discurso dedicado en buena parte a las perspectivas de paz del país.

"Un presidente que rechace la opción de hacer la paz no solo sería irresponsable sino que estaría violando el mandato de la Constitución y del pueblo", dijo el mandatario en su alocución, en la que defendió el proceso de paz que su Gobierno entabló hace un año en La Habana con las FARC para poner fin a medio siglo de conflicto armado interno.

El mandatario consideró que aunque en esas conversaciones se han logrado avances, es necesario "terminar la tarea" y con ese propósito se presentará a las elecciones del 25 de mayo de 2014 como el abanderado de la paz.

Ese discurso hace prever una polarización en la campaña electoral que comenzará oficialmente el próximo 25 de enero entre los partidarios y los contrarios a la negociación con las FARC porque en el país no se habla hoy de otra cosa que de la posibilidad real, que existe por primera vez en décadas, de llegar a un acuerdo con las guerrillas.

El anhelo de paz ha estado presente en las campañas presidenciales, desde la de 1982 con el conservador Belisario Betancur, que puso a los colombianos a pintar palomas blancas en sus casas y negoció infructuosamente con varios grupos rebeldes, hasta la que se avecina con Santos, quien después de dar los mayores golpes militares a las FARC en su historia, se ha convertido en adalid de la reconciliación nacional.

En sus intervenciones, el Gobierno y sus negociadores de paz subrayan que "nunca se había llegado tan lejos" como con el proceso actual, en el que ya se han conseguido acuerdos en dos de los seis puntos de la agenda de diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El primero versa sobre tierras y el segundo sobre participación política, pero lo que puede ser más importante de todo este proceso es que se ha creado en el país todo un ambiente favorable a la negociación.

La salida negociada al conflicto tradicionalmente ha sido una bandera de las fuerzas de izquierda pero en esta ocasión es Santos, del Partido de la U, constituido en 2009 sobre una plataforma ideológica de centro, el que lidera la campaña por la paz.

"Creemos que no es conveniente cambiar de Jefe de Estado a mitad de este proceso", dijo el representante a la Cámara Simón Gaviria, presidente del Partido Liberal, que forma parte de la coalición de Gobierno, al señalar que ante los resultados que empiezan a arrojar los diálogos en Cuba, esa fuerza apoyará la empresa reeleccionista del presidente.

La izquierda, fiel a su tradición, ha expresado su apoyo a la política de paz del Gobierno y a las negociaciones con las FARC, lo que no significa que vaya a sumarse a la campaña de Santos, pues considera que debe haber alternativas diferentes de la reelección.

La derecha, representada por el movimiento Uribe Centro Democrático (UCD), que ya escogió como candidato presidencial al exministro Óscar Iván Zuluaga, será el contrapeso al programa pacifista de Santos con su reiterada propuesta de suspender los diálogos con las FARC si llega al poder porque considera que el proceso dejará en la impunidad los crímenes de la guerrilla.

De los avances en las negociaciones con las FARC en los próximos meses dependerá en gran medida el éxito de la candidatura de Santos cuyo nombre está estrechamente ligado a ese proceso en el que un acuerdo definitivo le catapultaría definitivamente a un segundo mandato.

Y a menos que surja una figura en ascenso en el escenario político en los próximos meses, lo que parece poco probable, los colombianos tendrán que decidir en las urnas entre la opción de paz que quiere encarnar el presidente y la militar representada por los halcones de su antiguo jefe, el exmandatario Álvaro Uribe.

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