La posible incorporación de Tania Sánchez a Podemos divide al partido y a sus bases

    • La excandidata de IU a la Comunidad de Madrid ha expresado hoy públicamente su disponibilidad para concurrir en las listas de Iglesias.
    • Pese a la desimputación, algunos consideran que su excesiva exposición puede dañar al partido.
La excandidata de IU a la Presidencia de la Comunidad de Madrid Tania Sánchez.
La excandidata de IU a la Presidencia de la Comunidad de Madrid Tania Sánchez.

La posibilidad de que Tania Sánchez, excandidata de Izquierda Unida para la Comunidad de Madrid e impulsora de la plataforma Convocatoria por Madrid, se integre en las listas de Podemos en las primarias a las generales ha generado una inmediata división en el seno del partido de Iglesias y sus bases.

Tras semanas de rumores, nunca aclarados por Sánchez, la madrileña vio despejado el pasado viernes su salto a la formación 'morada' al declararse el sobreseimiento en la querella presentada por el PP en el caso Aúpa, la investigación por presuntas irregularidades en la concesión de varios contratos durante su etapa como concejal en el ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, que habrían beneficiado a su hermano.

La exdiputada de IU en la Asamblea de Madrid se mostró hoy, en una entrevista en el diario El País, dispuesta a integrarse en el proyecto con el que Iglesias busca incorporar a personas de la sociedad civil para las elecciones generales. "Si esa es la voluntad y ese es el perfil del proceso que está construyendo Pablo Iglesias, eso es coincidente con la posición política de Convocatoria por Madrid, por lo que yo estaría disponible a discutir participar del mismo".

La posible incorporación, que también desde hace semanas se daba por segura en el sector crítico de Podemos, ha provocado ya un serio debate entre las bases y en la propia formación. Algunos dirigentes, como el número dos, Íñigo Errejón, han recelado de la oportunidad de incorporar a Sánchez a sus filas, en un momento en el que la estrategia del partido, con las generales en el horizonte, tiene que ser sumamente medida.

Entre las críticas pesa su pasado en IU e incluso su abrupta salida por los desacuerdos sobre el modo de entender la confluencia. Sánchez defendía la convergencia con otras formaciones de izquierda, sobre todo Podemos, a modo de "partido instrumental" e incluso diluyendo siglas, una visión que no era compartida en su partido. En la marcha le acompañó el entonces homólogo para la alcaldía madrileña, Mauricio Valiente, quien, pese al aparente acuerdo de los inicios, prácticamente rompió relaciones. "Resta más que suma"

En Podemos, y en sus bases, preocupa que Sánchez "reste más que sume", una vez que su situación judicial no está resuelta. Para el partido de Iglesias era requisito indiscutible que la candidata fuese desimputada, algo que ocurrió el pasado viernes, pero sólo de forma parcial. El sobreseimiento de la querella es provisional y cabe aún recurso.

También se teme que el partido pueda ser acusado de perpetuar redes de "clientelismo", más propias de los partidos de la 'casta' que ellos critican. En Sánchez, afirman, pesa un pasado vinculado en lo personal al líder de Podemos, que pesa mucho en su imagen. Algunos son más partidarios de que la política madrileña se quede al margen de las estructuras orgánicas del partido, trabajando desde fuera-al estilo de Juan Carlos Monedero, exnúmero tres- o desde las bases.

Los simpatizantes han criticado que la integración de Sánchez suponga también "puentear" de alguna forma a círculos y bases que llevan más de año y medio trabajando. "Hay gente con mucha más legitimidad para representar el partido que una mujer que hasta hace pocos meses decía que nunca iba a entrar en Podemos", se afea.

Los cambios de versión de Sánchez cada vez que era requerida sobre su posible incorporación al partido de Iglesias han sido sucesivos. "No, punto, no vamos a entrar en Podemos, punto", dijo el pasado 5 de febrero, cuando presentó su nuevo proyecto Convocatoria por Madrid, tras su abrupta marcha de IU.

Entonces, aseguró que en la 'hoja de ruta' que pretendía seguir, y con la que trataba de aunar un frente de izquierdas para concurrir a las autonómicas, no figuraba el integrarse en la formación 'morada'.

Justo un mes después, en cambio, la dirigente madrileña intensificó las conversaciones con el partido de Iglesias para converger en sus listas para la Comunidad de Madrid. Podemos le cerró las puertas, justificando que los principios aprobados en la asamblea de Vistalegre-y que establecían que el partido concurriría con sus propias siglas a las elecciones autonómicas- no permitían el modelo propuesto por Sánchez, una confluencia entre ambas formaciones para alumbrar un "referente autonómico" a las candidaturas de unidad popular del tipo Ganemos, el germen de lo que luego fue la candidatura 'Ahora Madrid' de Manuela Carmena.

El partido de Iglesias, que baraja en cambio ahora esa fórmula entonces rechazada para concurrir en algunas comunidades, como Cataluña, sí dejó margen a la integración de los miembros de la plataforma de Sánchez, siempre a título individual. El partido, decía entonces en un comunicado, "está y estará siempre abierto a cualquier persona que quiera sumarse a trabajar por el cambio político en Madrid", recordando que "nunca se han pedido carnés para presentarse a las primarias".

Sánchez rechazó el ofrecimiento. "Lo que suma para el cambio no son los individuos particulares, sino representan al conjunto de la ciudadanía que apuesta por el cambio", dijo la excandidata de IU. Después, aclaró que con Podemos la diferenciaba el proceder de "culturas políticas distintas". "Uno puede compartir proyectos y propuestas electorales, pero cuesta más identificarse con eso", dijo en una entrevista en la cadena SER.

Días después, logró in extremis un preacuerdo para que varios miembros de su plataforma concurriesen junto a Equo a las primarias de Podemos en la Comunidad de Madrid. Sánchez rechazó figurar en las listas para "no desviar el debate de lo que debe ser su centro-el proyecto político y no las personas", informó la plataforma en un comunicado. La madrileña, decía la misma nota, seguiría "trabajando por la unidad popular y por el cambio en Madrid". Sánchez contaba con el apoyo expreso de Iglesias y otros dirigentes, como Miguel Urbán, uno de los líderes del llamado sector crítico y quien valoró la posibilidad de presentar una candidatura de unidad popular conjunta dentro del partido. Aunque también, ya entonces, numerosos recelos.

La excandidata de IU siguió colaborando, no obstante, con el partido de Iglesias, como así reconoció ella misma. De hecho, trabajó en la campaña por la candidatura madrileña. Su imputación, el 1 de junio, por presuntos delitos de prevaricación, malversación y tráfico de influencias supuso un revés a sus planes, negados aún públicamente, de dar el salto definitivo a Podemos.

Sánchez se ha anitcipado a las críticas que, con seguridad, sabía iban a provocar sus declaraciones. "Da igual lo que haga que siempre me van a criticar. Estamos en un momento en el que hay mucho nerviosismo con las fuerzas del cambio y cualquiera que tenga una oposición en la que esté empujando en ese proceso de cambio va a recibir muchísimas críticas", justificó en la entrevista con El País.

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