La UE enviará a un mediador para rebajar la tensión entre Serbia y Kosovo

  • El mediador de la Unión Europea (UE) para Kosovo y Serbia, Robert Cooper, visitará la región a comienzos de la próxima semana, para animar el diálogo entre los dos países y rebajar la tensión surgida por el control de los pasos fronterizos.

Belgrado, 31 jul.- El mediador de la Unión Europea (UE) para Kosovo y Serbia, Robert Cooper, visitará la región a comienzos de la próxima semana, para animar el diálogo entre los dos países y rebajar la tensión surgida por el control de los pasos fronterizos.

La agencia Tanjung citó hoy fuentes comunitarias al anunciar que Cooper llegará con el mensaje de que "el diálogo es la única vía hacía una solución".

El diálogo entre Belgrado y Pristina comenzó en marzo en Bruselas, bajo el amparo de la UE, y empezaba a dar resultados en el intento de descongelar las relaciones entre Serbia y su provincia separatista, que se autoproclamó independiente en febrero de 2008.

Ese diálogo quedó roto por la crisis fronteriza iniciada el pasado martes, cuando fuerzas especiales kosovares ocuparon los puestos fronterizos con Serbia, una operación ante la que grupos de serbios radicales respondieron con violencia.

Un policía kosovar murió en un tiroteo y uno de los puestos aduaneros fue incendiado.

El norte de Kosovo concentra la mayoría de la minoría serbia de la región, que se mantiene leal a Belgrado.

Para Belgrado, el intento de Pristina de desplegar la policía especial en los pasos fronterizos de Jarinje y Brnjak pretende cambiar a la fuerza la realidad en el norte de Kosovo y la estructura étnica de la zona.

La pasada madrugada, el Parlamento de Serbia apoyó un documento que llama al diálogo y a una solución pacífica a la situación en el norte de Kosovo.

El Gobierno serbio ha reclamado a las misiones internacionales en Kosovo, la KFOR, de la OTAN, y la EULEX, de la UE, que impidan los actos unilaterales que ponen en peligro la paz y estabilidad.

El presidente serbio, Boris Tadic, aseguró anoche que Serbia nunca irá a la guerra y que el principal objetivo de su país tras los conflictos de la década de 1990 es mantener la paz.

"Cuando digo que Serbia no irá a la guerra, considero que digo la frase que cada político debe decir a sí mismo cada mañana. Cualquier otra frase es peligrosa, porque legitima la guerra como medio de solución de los problemas en el espacio de los Balcanes occidentales", dijo Tadic.

No obstante, Belgrado ha puesto como condición al diálogo que la situación en el norte de Kosovo regrese al punto anterior a la operación kosovar, y que los pasos fronterizos vuelvan a estar controlados por agentes kosovares de etnia serbia.

Pristina justificó el envío de su Policía especial en la necesidad de aplicar el veto aprobado la semana pasada a los productos serbios, una medida que responde a la prohibición de importar productos kosovares por parte de Serbia, que no reconoce ni la soberanía kosovar ni sus símbolos, como lo sellos aduaneros.

Los pasos de Jarinje y Branjak están controlados por tropas de la KFOR desde el pasado miércoles y han sido declarados zona militar restringida y siguen cerrados al tráfico.

La población serbia local mantiene las barricadas en los accesos a los dos pasos. Representantes de los serbios denuncian que el cierre de esos pasos afecta el suministro de alimentos básicos y medicamentos.

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