Los días más difíciles en la vida de Urdangarin

  • El duque de Palma, tras más de 22 horas de declaración, se desvincula de la presunta malversación de fondos públicos del Instituto Nóos, que presidió entre 2004 y 2007. Carga toda la responsabilidad a su exsocio Diego Torres y exculpa a su esposa, la Infanta Cristina.
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Marta Carol (Palma de Mallorca)

Seguramente Iñaki Urdangarin querría que este fin de semana no hubiera existido nunca. Sin duda habrá sido de los más largos y difíciles de su vida. El duque de Palma llegaba a los juzgados cuando faltaban diez minutos para las nueve de la mañana.

El coche le dejaba en la verja del patio de las dependencias judiciales. A pocos metros de él, unas 600 personas se manifestaban contra la corrupción y la Monarquía. El yerno del Rey pudo escuchar cánticos como "no están todos, falta Cristina" o "no hay pan para tanto chorizo".

Nervioso, tenso, demacrado e incluso pálido salió del coche y caminó hasta la puerta del edificio. Rechazó de esta manera el privilegio que se le había concedido de bajar la rampa de acceso con el vehículo y protegerse así de la prensa. Todo lo contrario, antes de entrar a los juzgados, paró en el primer micrófono que se encontró para hacer una declaración poco expresiva que pareció haber aprendido de memoria: "comparezco para demostrar mi inocencia y mi honor en mi actividad profesional".

"Iñaki mangarín"

En la calle, los manifestantes continuaron unas horas con los gritos y las protestas. Muchos de ellos llegaban con disfraces de mosca, buitre, presidiario e incluso de justicia. Portaban también numerosas pancartas con lemas para todos los gustos: "Iñaki noos vemos en tu nuevo palacete", "lo tenéis todo y noos basta", "occupy marivent", "Iñaki mangarín", entre muchos otros. Curiosos y vecinos iban y venían pero durante toda la mañana se mantuvieron, de media, unas 200 personas.

A medida que avanzaban las horas, se filtraban gota a gota las declaraciones del Duque de Palma ante el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro. Urdangarin cargó todas las responsabilidades sobre su exsocio Diego Torres, afirmando que era Torres quien tomaba las decisiones.

Según Urdangarin él no gestionaba el Instituto Nóos, sino que cumplía un mero papel institucional. Además, exculpó a su mujer, la infanta Cristina de toda vinculación con esta fundación, teóricamente sin ánimo de lucro. También se supo que el Rey pidió a Urdangarin en marzo de 2006 que se alejara del Instituto Nóos y salió a la luz una segunda trama de empresas mediante las cuales también habría obtenido dinero público.

Más revelaciones que nos dejó el sábado: el patrocinio del equipo ciclista Illes Balears se fraguó en Marivent jugando a pádel y las jornadas Valencia Summit se firmaron tres días después de que el yerno del Rey se reuniera con Rita Barberà y Francisco Camps.

300 periodistas acreditados

La imputación, por primera vez en la historia, de un miembro de la Familia Real, ha levantado gran expectación mediática. Más de 300 periodistas se acreditaron para la ocasión. A las 7 y media de la mañana del sábado estaba citada la prensa para recoger las acreditaciones y pasar el riguroso cordón de seguridad.

El día se hizo muy largo a más de uno. Los bares de la zona se convirtieron en improvisadas salas de prensa y algunos lograron hasta triplicar la caja habitual.

A la hora de comer, Iñaki Urdangarin volvió a escuchar gritos en contra su persona. Todo lo contrario de lo que vivió el juez Castro, quien salió de los juzgados recibiendo una fuerte ovación. Poco después, la concentración se diluyó y sólo algunos curiosos se fueron acercando a lo largo de la tarde.

Lo mismo pasó el domingo. La segunda jornada de declaraciones fue mucho más tranquila para el Duque de Palma. Aparentemente un poco más relajado, apenas escuchó gritos e incluso, al mediodía, recibió los ánimos de algunas mujeres que se habían acercado a los Juzgados para intentar verle.

Aunque apenas sin espectadores, el gran despliegue policial continuó activo. Así, los periodistas, muchos menos que el sábado, eran los únicos que caminaban en las calles sin tráfico de los alrededores de los Juzgados.

Iñaki tuvo que contestar más de 500 preguntas

Hasta que el juez Castro no terminó con las 500 preguntas que llevaba preparadas, y eso no fue hasta las cinco de la tarde (es decir, tras unas 14 horas de declaración), no llegó el turno de los fiscales anticorrupción. Sus preguntas se alargaron siete horas más. Todos coinciden en que fueron dos interrogatorios minuciosos e incisivos.

Pero la jornada no terminó aún, a las 12 de la noche empezó el turno de los abogados de Manos Limpias, que ejerce de acusación popular, y el de los letrados de los otros imputados en el caso; la defensa del Gobierno balear no formuló preguntas. Las declaraciones se dieron por finalizadas a la una y media de la madrugada.

La defensa del Duque, según transcendió, siguió en la misma línea que el día anterior: culpó de todo a terceras personas y "olvidó" algunos detalles de sus negocios. Urdangarin volvió a señalar que desconocía la gestión administrativa, esta vez, de la trama de empresas en las que participaba, entre las cuales Aizoon, de la que también es propietaria su esposa, la infanta Cristina.

También aseguró desconocer que su exsocio Torres firmara un contrato de dos millones de euros con la Generalitat Valenciana. Lo que sí admitió el duque es haber mediado entre Diego Torres y el entonces Director General de Deportes del PP, José Luis Ballester, para que el Gobierno Balear pagara proyectos pendientes. Es decir, a pesar de la advertencia del Rey, Urdangarin siguió en la órbita de Nóos.

La gran novedad, una cuenta en Suiza

Casi a media noche, Iñaki Urdangarin, ante preguntas de la fiscalía, reconoció tener una cuenta a su nombre en Suiza. Según él para cobrar por un proyecto relacionado con un ciudadano jordano-suizo.

La Fiscalía Anticorrupción, que finalmente no ha pedido el careo entre los dos exsocios, sospecha que Urdangarin y Torres montaron un entramado societario para desviar fondos públicos a través del Instituto Nóos. La entidad recibió entre 2004 y 2007, casi 6 millones de euros de los gobiernos Balear y Valenciano.

Iñaki Urdangarin regresará a Washington sin saber si se le imponen medidas cautelares. El juez Castro ha señalado que para dictarlas es necesario fundamentarlas bien y por eso una decisión así debería tomarse otro día. Los fiscales tampoco las han pedido aún porque antes quieren tomar declaración a todos los imputados y testigos de esta pieza separada del caso Palma Arena, llamada Operación Babel.

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