¿Promesas electorales o hechos? Los globos sonda de Sánchez se desinflan

  • La derogación de la reforma laboral, la ley mordaza y la ley de financiación autonómica tendrán que esperar. La independencia de RTVE, también.
Pedro Sánchez comparece en Moncloa
Pedro Sánchez comparece en Moncloa
EFE

Pedro Sánchez dio un golpe maestro con su victoria en la moción de censura que acabó con un Rajoy, que se veía dos años más en Moncloa tras aprobar los Presupuestos Generales del Estado. El 'camaleón Sánchez' no presentó un programa de Gobierno sino que dio un mitin repleto de promesas 'electorales' en el Congreso a lomos de la regeneración democrática que suponía el 'cambio'. 

El balance 43 días después demuestra que algunos de los más efectistas globos sonda de Sánchez se están deshinchando sin remedio. El primero de ellos, uno de sus grandes lemas en la oposición: acabar con la reforma laboral, lo primero que haría un gobierno socialista al llegar al poder. No va a ser posible. Ya lo dijo en su día Jordi Sevilla. La reforma más querida por Bruselas será retocada, no derogada.

La ministra Magdalena Valerio, dejó claro en su primera comparecencia que "la reforma laboral no se puede derogar alegremente. Hay que analizarla en su conjunto y ver cuáles son los aspectos que consideramos de manera dialogada y consensuada que hay que derogar". Sí se ha comprometido a devolver la prevalencia al convenio sectorial, se endurecerán los descuelgues y se limitará la subcontratación. El cambio en el Estatuto de los Trabajadores también tendrá que esperar.

También ha quedado en nada uno de los grandes eslóganes del PSOE en la oposición contra Montoro: los socialistas querían saber los nombres que se ocultaban tras la amnistía fiscal. La ministra María Jesús Montero argumenta ahora que no tiene capacidad jurídica para concretar el compromiso. No dice que el PSOE ya lo sabía cuando lo prometía.

Más daño ha hecho, incluso entre las filas socialistas, la decisión de frenar las negociaciones para llegar a un acuerdo en financiación autonómica. "Lo que hasta hace un mes era una urgencia para todo miembro del PSOE, de golpe y porrazo lo han aplazado a la siguiente legislatura. Se acabaron las urgencias y se crean grupos de trabajo, que es la mejor manera de aplazarlo de forma indefinida", critican desde el PP. La realidad es que Sánchez no tiene fuerza hoy para cerrar ese acuerdo y menos con Cataluña de uñas. Menos aún para poner en marcha, aunque lo insinúe sin vigor, una reforma Constitucional.

La Ley Mordaza tampoco será derogada por completo aunque sí se prevé que sea retocada... hasta donde el PNV considere oportuno. Y tampoco se ha logrado culminar un acuerdo en el Pacto de Toledo para fijar un sistema que revalorice las pensiones para el futuro.

En cuanto al sueño de tener una ley de educación pactada, el sueño se ha vuelto a diluir.  Todo lo contrario. El Gobierno ya ha anunciado que derogará de forma "urgente" varios artículos de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), entre ellos el artículo 109 punto 2, que fija que la programación de plazas concertadas es "por demanda social". "Un eufemismo -según la ministra- que puede propiciar que la escuela pública pueda considerarse subsidiaria de la concertada". Y no ha faltado la religión, un caballo de batalla continuo entre el PP y el PSOE. Ahora dejará de ser "computable con efectos académicos". El pacto, pese a que el PP demolió la ley Wert sin miramientos, ha quedado en el olvido.

Más en evidencia ha dejado al Gobierno Sánchez en estos primeros días su postura respecto a RTVE. La lista y el modo en que los candidatos han salido a la palestra dice poco del respeto por la televisión pública y dista mucho de la independencia, el rigor y la transparencia con la que se la quería revitalizar. Mucha prisa por cambiar lo que había pese a que el concurso público era inminente.

En cuanto a la regeneración democrática ha sido la gran olvidada en estos primeros días. No solo eso. Pese a ser el puntal sobre el que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa se ha olvidado sobre la marcha, al igual que la idea de ser presidente de manera temporal para convocar elecciones. El presidente no descarta agotar la legislatura, cuando en la moción manifestó lo contrario. No es raro. Al PNV y a Podemos no le interesan las elecciones ahora. Y el PSOE con sus globos sonda y su márketing político vive en una gran campaña electoral bajo el escudo de los 84 diputados. 

Bien es cierto que no todo ha sido olvidado. El PSOE ha devuelto a Franco al primer plano (ahora señala que después del verano le sacará del Valle de los Caídos) y ha tenido un gran gesto humanitario con la recogida del Aquarius. Tampoco ha olvidado algunas de las medidas sociales que siempre ha defendido.

Así, eliminará los copagos farmacéuticos a los pensionistas de pensiones más bajas, aunque no de forma automática, y recuperará las cotizaciones a la Seguridad Social para las cuidadoras no profesionales de la ley de dependencia y la universalidad de la asistencia sanitaria. "Vamos a devolver el derecho a la salud a todas las personas. Tenemos que actuar con otro real decreto para proceder a la eliminación del Real Decreto 16/2012 y devolver a todas las personas su derecho a la protección a la salud", dejaba claro la portavoz del Gobierno el 15 de junio.

Ya para 2019, el Ministerio ha anunciado que desarrollará una estrategia de Apoyo a las Familias Vulnerables y en el primer periodo de sesiones de ese año se remitirá al Congreso el proyecto de ley contra la Violencia en la Infancia. 

Tiene tiempo el Gobierno para ir más allá de las fotos, los vídeos de deporte y las grandes promesas. De sus primeros 43 días se desprende que algunas de sus mayores globos sonda se han deshinchado y que con 84 diputados los quiero y no puedo van a continuar... mientras la encuestas digan que la campaña electoral desde la Moncloa sigue funcionando.

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