Astaná.- Los países miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) tratan hoy de consensuar una declaración para cerrar su primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en once años.
El texto, a priori, debe contener un plan de acción sobre el futuro de la organización, cuyo papel abogan por reforzar una mayoría de países, entre ellos Rusia y Estados Unidos.
Sin embargo, las delegaciones no han logrado por ahora un acuerdo sobre la declaración final a causa, principalmente, de las diferencias sobre el conflicto entre Rusia y Georgia después de la guerra de 2008.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dejaba claro ante la prensa que Moscú no firmará ningún documento que haga referencia a "conflictos en Georgia" y que no mencione los territorios secesionistas georgianos de Abjasia y Osetia del Sur.
Hoy, el presidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, ha llamado a todos los socios de la OSCE a superar sus "diferencias" y obtener un acuerdo.
"Quiero pedir encarecidamente a los jefes de delegación que den instrucciones claras de acabar de forma constructiva el trabajo para tener una declaración de Astaná", ha señalado el anfitrión de la cumbre al inicio de la segunda jornada.
Nazarbáyev cerrará la reunión con una rueda de prensa prevista para las 6.30 horas GMT.
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