Los planes de la CUP: 'no' a nuevas elecciones y órdago a Mas para un giro total a la izquierda

    • Las negociaciones entre Junts y la CUP no ceden en sus líneas rojas, pero ninguno quiere volver a las urnas.
    • Los de Baños prefieren a un independiente y sólo dan una opción in extremis a Mas: que acepte su plan de rescate.
El líder de CDC y 'president' en funciones, Artur Mas.
El líder de CDC y 'president' en funciones, Artur Mas.

El futuro gobierno catalán se negocia a puerta no ya cerrada. Casi blindada. Las conversaciones entre Junts pel Sí y la CUP discurren hasta ahora con más negativas que acuerdos, sobre todo, porque ninguna de las dos partes está dispuesta a ceder a la primera de cambio y sin contrapartidas.

En esas negociaciones, la candidatura de Mas no contempla otra opción que no pase por hacer a éste president, siguiendo los términos del acuerdo entre los socios CDC y ERC. Es, sin duda alguna, el gran escollo para cerrar algún entendimiento con la CUP, urgente para la investidura. Los anticapitalistas han revalidado su postura en las asambleas de base, muy críticas con que el líder convergente pilote el nuevo gobierno. "La decisión sobre Mas está tomada y es colectiva", simplificó hace unos días la número dos, Anna Gabriel.Plan de rescate social y un president independiente

Este escenario sólo deja hoy un resquicio, remoto, a Mas, según fuentes próximas a las negociaciones. Y eso pasa, únicamente, porque los convergentes estén dispuestos a asumir el plan de rescate social que plantean desde la CUP. La cuestión pone en aprietos al líder convergente, en tanto implicaría, una vez más, la desobediencia al Tribunal Constitucional. Con la paralización de desahucios y privatizaciones, la CUP exige que se retome el decreto ley, suspedido por el alto tribunal, que impedía a las compañías de suministros cortar la luz o el gas a las familias en situación acreditada de vulnerabilidad económica, lo que se ha denominado pobreza energética.

"Aunque en términos legales sea difícil aplicarla sin que el Estado dé autorización, existe la posibilidad de plantarse", apremian desde la CUP. Su plan contempla también sanciones a los bancos con prácticas abusivas y una atención alimentaria urgente para que todos los ciudadanos "puedan comer tres veces al día".

Estas condiciones son innegociables y despiertan al mismo tiempo recelos por la conveniencia política de que Junts acabe dando su apoyo y después incumpliendo lo acordado. Por ello, el compromiso tiene que ser firme, sostienen estas fuentes, y sujeto a una supervisión permanente.

En cualquier caso, al margen de las negociaciones, la preferencia mayoritaria es que el Govern sea presidido por un independiente. Una persona de perfil soberanista pero sin carnet de partido. Las opciones se diversifican entre distintos actores que han venido apoyando el proceso hacia la secesión y entre los que destacan los dirigentes de las distintas entidades soberanistas. Carme Forcadell, expresidenta de la ANC, Muriel Casals, de Òmnium Cultural o Eduardo Reyes, de Súmate. Éste último, que concurrió como número seis en la lista de Junts pel Sí, justo por detrás de Mas y Junqueras, recoge abundantes simpatías entre la CUP. Reyes defiende la creación de un Estado propio desde su asociación, apartidista, y fundada por catalanes de lengua y cultura española.Evitar nuevas elecciones

Con las negativas como carta de partida, ambas partes apuran no obstante para cerrar un acuerdo y esquivar unas nuevas elecciones, un escenario que a ninguno le interesa. Desde la CUP se advierte de que al independentismo unos nuevos comicios le harían "un flaco favor". Pese a los mensajes triunfalistas del independentismo, consideran que, tras el 27-S, las posiciones se encuentran más debilitadas y que no se cuenta con los apoyos necesarios para enfrentar una nueva cita electoral. Entre ellos, el mediático. "Los medios mayoritarios aquí están más por el 'no' y por meter miedo a los ciudadanos" con las consecuencias de la independencia, sugieren.

Si la CUP se opone a investir a Mas en primera votación, el president en funciones tendría una segunda oportunidad que debe ganar por mayoría simple. La situación es compleja, ya que los votos de la oposición superan a los de Junts pel Sí. De ahí que en los últimos días se hayan apurado también las conversaciones con Catalunya Sí que es Pot, cuyos once diputados podrían evitar un escenario de nueva convocatoria electoral. En estas negociaciones entran en juego los puestos de mando en el Parlament, y el futuro reparto de la presidencia y vicepresidencias, sobre la mesa para sumar posibles apoyos.

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