Los salafistas recrudecen la "cruzada" para imponer su versión de la "Sharía"

  • Al Qaeda y su nebulosa de grupos salafistas han recrudecido en lo que va de año su actividad terrorista en un arco territorial que abarcó desde la zona del Sahel africano a Oriente Medio y Asia en su "cruzada" por imponer un sistema de gobierno regido por la Sharía.

Milagros Sandoval

Redacción Internacional, 22 ene.- Al Qaeda y su nebulosa de grupos salafistas han recrudecido en lo que va de año su actividad terrorista en un arco territorial que abarcó desde la zona del Sahel africano a Oriente Medio y Asia en su "cruzada" por imponer un sistema de gobierno regido por la Sharía.

Veteranos terroristas ataviados con turbantes a la usanza medieval reactivaron su lucha por imponer su cruel interpretación de la ley islámica en las arenas del Sahel y del Sáhara.

Los salafistas de "Los que firman con sangre", liderados por el argelino Mojtar Belmojtar, de 40 años, "hermanos" de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI), del argelino Abdelmalek Doukdal, de 41 años, protagonizaron el pasado fin de semana el secuestro de la planta gasística de In Amenas, en Argelia.

Mientras que los malienses "Ansar al Din", dirigidos por el tuareg Iyad ag Ghali, de 59 años, contaron con ayuda del Movimiento para la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO) en la guerra contra el Ejército de Mali, apoyado por Francia.

En Oriente Medio la dirigencia salafista prosiguió con sus frentes en Irak, Yemen y Siria. En ese último país fue elegido en diciembre pasado el jordano Mustafá Abdelatif Saleh, de 38 años, para liderar "Al Nusra", incluido por Estados Unidos entre los grupos terroristas.

El principal combate de los salafistas, que utilizan los castigos corporales para aterrorizar, tuvo la última semana como escenario Mali, donde continúan sus combates por el control de este país de 1,2 millones de kilómetros cuadrados en pleno corazón sahelo-sahariano.

En esa contienda se enmarcó el secuestro el 15 de enero por el grupo de "Los que firman con sangre" de la planta gasística de In Amenas, en los confines del desierto de Argelia cercanos a la frontera con Libia, y que tras la intervención del Ejército argelino, acabó con la muerte de 38 trabajadores, 37 extranjeros y uno argelino, según el recuento oficial.

Los "Firmantes con Sangre" adujeron que la ofensiva, dirigida por Belmojtar desde un lugar secreto era "una campaña mundial del combate contra los judíos y los cruzados" y en apoyo de sus correligionarios en Mali.

Los combatientes de Ansar al Din, apoyados por los de MUYAO y AQMI -tras el desalojo del poder de los tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) que en abril de 2012 proclamaron la independencia del norte del país- impusieron las lapidaciones, amputaciones y azotes, lo que suscitó el rechazo de la población.

Desde que el pasado 11 de enero Francia inició su apoyo al Ejército de Mali en su lucha contra los salafistas, éstos comenzaron un repliegue de varias localidades.

También en Nigeria, el Ejército reveló el 18 de enero la presencia en el país de terroristas entrenados en Mali.

Según un responsable castrense, la llegada de esos terroristas podría explicar el reciente aumento de la actividad del grupo integrista islámico nigeriano Boko Haram, que significa "la educación occidental es pecado" en el idioma local nigeriano hausa y cuyo "líder más visible", según Estados Unidos, es Abubakar Shekau.

En Somalia, el 12 de enero, el militar galo Denis Allex, secuestrado en Somalia desde 2009, así como dos soldados franceses y "17 terroristas" resultaron muertos en una operación emprendida para liberar al rehén.

Allex había sido secuestrado por insurgentes islamistas y desde entonces había aparecido en dos mensajes de vídeo difundidos por páginas web islamistas, en las que urgía a las autoridades francesas a cesar su apoyo al Gobierno somalí.

En Marruecos el 19 de enero las autoridades anunciaron oficialmente que habían desmantelado un comando terrorista que se dedicaba a captar jóvenes "yihadistas".

En Siria, que vive una guerra civil, el Frente Islámico Sirio (FIS), formado por grupos islamistas rebeldes, anunció el 17 de enero sus estatutos, con el objetivo de lograr la caída de Bachar al Asad e impulsar la identidad islámica del país en su versión moderada de la "sharía".

El FIS sirio incluye a las brigadas de los Libres de Sham, de Ansar al Sham y el Ejército de Al Tawhid, e instó a unirse al Frente Al Nusra, dirigido por el jordano Saleh, apodado Abu Anas al Sahabi, cuñado del fallecido jefe de Al Qaeda en Irak Abu Musab al Zarqaui.

En Yemen, la actividad de Al Qaeda y sus grupos afines causó esta semana un goteo de muertos en una lucha que se ha recrudecido desde que estalló en 2011 la revuelta contra el régimen de Ali Abdalá Saleh, fuera del poder desde febrero de 2012.

El Estado Islámico de Irak, un conglomerado de grupos vinculado a Al Qaeda, asumió los ataques recientes en venganza por la detención de islamistas radicales en cárceles iraquíes y se congratuló por el asesinato el día 15 de un diputado de la alianza opositora Al Iraqiya, Saadun al Isaui, al que calificó como "perro de los americanos", criminal, apóstata y traidor".

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