Los sindicatos y partidos critican la supresión de los liberados sindicales, apoyada por el PP

Madrid.- CC.OO y UGT han criticado hoy que el Gobierno regional tenga como "objetivo""derribar" a los sindicatos por no haber cedido al "chantaje" y a la "extorsión" y por no haberse dejado engañar por las "mentiras" que difunde el Ejecutivo autonómico, al que han acusado de "privatizador" y "neoliberal".

En un comunicado conjunto, las centrales sindicales se han referido así a la información publicada por "El Mundo", que apunta que la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, suprimirá la condición de liberados sindicales a unos 2.000 trabajadores de la administración regional.

Esta iniciativa, con la que se ahorraría unos 70 millones de euros, se anunciará previsiblemente durante el debate sobre el estado de la región, que se celebra mañana y el próximo miércoles en la Asamblea de Madrid.

En la nota de prensa, los sindicatos han aclarado que la condición de delegado sindical no es idéntica a la de personal liberado, y han negado que las horas sindicales de las que disponen estos representantes se contabilicen "de más y se dupliquen".

Por ello han rechazado que la Comunidad de Madrid tenga que concretar las horas sindicales de forma más estricta, porque este aspecto ya está recogido en un convenio rubricado en 1996.

La medida para eliminar unos dos tercios de los liberados sindicales de la Comunidad ha encontrado el apoyo de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ha señalado que esta idea "no menoscaba los derechos sindicales ni de los trabajadores".

Ha agregado que este planteamiento, formulado con anterioridad por Mariano Rajoy, ahonda en el objetivo de su partido de reducir el gasto en subvenciones a sindicatos y formaciones políticas.

A este respecto también se ha referido el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien ha afirmado que este planteamiento busca "incentivar una política antisindical muy fuerte" para "debilitar los obstáculos que impiden la privatización de servicios públicos fundamentales como la educación o la sanidad".

Las críticas que ha recibido esta iniciativa también han encontrado eco en las declaraciones de varios ministros y dirigentes políticos madrileños.

El ministro de Fomento, José Blanco, ha subrayado que Aguirre pretende "atacar" a los representantes de los trabajadores "con una medida drástica" alejada de la "línea a seguir" para "solucionar los problemas".

La ministra de Sanidad y candidata a las primarias socialistas en Madrid, Trinidad Jiménez, también ha criticado la propuesta de la presidenta regional porque existen "otros problemas más urgentes" que resolver, y ha apostado por el diálogo con sindicatos y empresarios para desarrollar un plan regional de empleo.

Su rival en el proceso de elecciones internas y líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha explicado que si Aguirre fuese "la hija de dos trabajadores públicos" entendería que los sindicatos son "importantes" y deben estar presentes "en las reglas del juego democrático".

La iniciativa de Esperanza Aguirre también ha provocado el rechazo del coordinador general de IU-CM y portavoz de su grupo en la Asamblea, Gregorio Gordo, que le ha recomendado a la presidenta que presente propuestas para luchar contra el desempleo y no para "debilitar las formas de defensa de los trabajadores".