Melilla dice que el Gobierno trabaja para evitar incidentes en la frontera

Melilla, 15 nov.- El presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), ha asegurado hoy que el Gobierno está trabajando a distintos niveles para evitar que se produzcan nuevos incidentes en la frontera entre la ciudad autónoma y Marruecos.

En declaraciones a los periodistas, Imbroda no ha querido dar detalles sobre las iniciativas que el Ejecutivo está llevando a cabo sobre esta cuestión, pero sí ha resaltado la necesidad de que haya colaboración entre España y Marruecos para que no se vuelvan a repetir los apedreamientos contra agentes españoles por parte de ciudadanos marroquíes.

Imbroda ha dicho que ha hablado sobre este tema con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su encuentro en la Moncloa, así como con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, para que se tomen todas las medidas que sean necesarias y las agresiones contra los policías no vuelvan a ocurrir.

El presidente melillense ha expresado su apoyo al Gobierno en las gestiones que haga, así como a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, especialmente a los agentes destinados en la frontera.

El mandatario autonómico ha afirmado que de la verja hacia España se tomarán todas las medidas que se puedan adoptar, en tanto que de la verja hacia Marruecos se tratará de "forzar al máximo" para que "no se nos haga daño".

"Quiero que las relaciones con Marruecos sean buenas, que nos llevemos bien, porque eso es bueno para todos", ha asegurado Imbroda, quien ha apuntado que hay que poner todos los medios para ser "amigos leales al cien por cien".

En opinión de Imbroda, si hay algún "amigo desleal" hay que "llamarle la atención y poner los medios que hagan falta".

Según el presidente melillense, los alborotadores que protagonizan estos incidentes son "cuatro cantamañanas", encabezados por el activista Said Chamtri, y son "personajes que no quieren a España".

Durante las últimas semanas se han producido varios lanzamientos de objetos desde Marruecos a la Policía española, el más grave el pasado 27 de octubre, que obligó al cierre del puesto de Beni Enzar durante más de dos horas.