Un mes para Rio-2016, entre violencia y problemas de caja

El calendario anuncia que este martes falta exactamente un mes para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, pero la emoción de tener esta fiesta deportiva por primera vez en Sudamérica se ha ensombrecido por problemas como la inseguridad y la crisis económica.

Faltan sólo algunos detalles en las instalaciones deportivas, que recibirán a los 10.000 atletas que competirán en la 'Cidade Maravilhosa' durante dos semanas (5-21 de agosto), con el velocista Usain Bolt y el nadador Michael Phelps robando la atención de las cámaras, y con disciplinas como el rugby a siete o el golf, que regresan al abanico olímpico después de un siglo de ausencia.

Y todo ante los 500.000 turistas que se espera que viajen a Rio para mezclarse con los cariocas en la mayor fiesta deportiva del planeta.

"La ciudad está 100% lista, es una ciudad increíble. Estoy muy orgulloso de nuestra ciudad", dijo el alcalde, Eduardo Paes, el lunes durante la presentación de una nueva línea de buses articulados por corredores exclusivos, los llamados BRT.

Para marcar el inicio del último mes antes de los Juegos, Paes ofrecerá una rueda de prensa este martes junto al presidente del Comité organizador, Carlos Nuzman.

Pero, tras la emoción que trae consigo la cita olímpica, hay problemas que Rio no puede ignorar y que han terminado convirtiéndose en una pesada sombra.

Las autoridades desplegarán 85.000 policías y soldados en las calles de Rio durante los Juegos, más del doble de efectivos presentes en Londres-2012.

El terrorismo es una preocupación que sigue creciendo después de los recientes atentados del autoproclamado Estado Islámico en Estambul y Bagdad.

Aunque la distancia de Brasil con el centro neurálgico de los yihadistas, sumado a una historia poco bélica, puede jugar a favor de las fuerzas del orden.

No obstante, Rio ya enfrenta serios problemas de criminalidad que suscitan interrogantes sobre la seguridad durante los Juegos.

La tasa de homicidios, muy por debajo de los niveles de hace una década, ha crecido, mientras en las calles los delitos proliferan, como el robo ocurrido el viernes cuando un grupo de hombres armados asaltó el camión de la televisión pública alemana, llevándose equipos valorados en unos 445.000 dólares.

Mientras, la policía -fuertemente criticada por grupos de derechos humanos acusada de actos brutales en las favelas- es ahora el blanco de las balas: más de 50 agentes regionales fueron asesinados en lo que va de año.

Unos 100 policías civiles, que ejercen funciones judiciales, protestaron este lunes en el área de desembarque del aeropuerto internacional de Rio con pancartas en las que se leía "Bienvenidos al infierno" para exigir el pago de salarios atrasados y horas extra.

"Estamos aquí para mostrar a los ciudadanos y a los turistas de fuera las realidades de Brasil", afirmó el agente Alexander Neto, de 56 años. "Ellos han sido engañados y nosotros también. Tienen que entender que no hay seguridad pública", lanzó.

Cerca de la bancarrota y ahogado por la recesión, el estado de Rio -responsable de la policía- aseguró que esos pagos a los funcionarios de los servicios de emergencia, hospitales y otros empleados públicos serán realizados en los próximos días gracias al auxilio millonario aprobado por la administración federal.

"El [gobierno del] estado está realizando una terrible, horrible tarea", afirmó Paes a la cadena CNN.

El alcalde y los organizadores de los Juegos vienen combatiendo los torrentes de publicidad negativa, como esta protesta de policías o el hallazgo de una parte no identificada de un cuerpo humano cerca de la cancha de vóley playa.

A pesar de la postura de varios deportistas, principalmente populares golfistas, que han decidido no competir en los Juegos por temor a contraer el zika, las autoridades han insistido en que no hay riesgos de salud.

El zika puede producir malformaciones en los fetos de mujeres infectadas durante el embarazo, aunque en la mayoría de los casos se manifiesta como una versión leve del dengue.

A eso se suma que agosto es un mes de poca proliferación del mosquito transmisor debido a la moderación de las temperaturas con el invierno austral.

Paes, sin embargo, esconde con dificultad su frustración ante la publicidad negativa, como la que hizo el fin de semana el diario The New York Times al predecir una "catástrofe" en los Juegos.

"No podemos permitir que estas agresiones permanentes continúen", lanzó el lunes.

Pero lo más probable es que este deseo no se cumpla.

Entre los eventos convocados por la cuenta regresiva de un mes para la cita deportiva se encuentra, por ejemplo, una protesta de movimientos de izquierda contra los "Juegos de la exclusión".

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