Michelle Obama y sus hijas visitan exposición de los guerreros de Xian

  • La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y sus hijas Sasha y Malia tuvieron hoy la oportunidad de ver de cerca a los famosos guerreros de terracota de Xian, durante su visita a esta antigua capital imperial en una gira de una semana por China.

Pekín, 24 mar.- La primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, y sus hijas Sasha y Malia tuvieron hoy la oportunidad de ver de cerca a los famosos guerreros de terracota de Xian, durante su visita a esta antigua capital imperial en una gira de una semana por China.

Hoy pudieron pudo admirar la fosa número 1 del museo en las afueras de Xian que alberga a cerca de 8.000 de estos guerreros, cada uno de ellos diferente y de tamaño natural y mandados fabricar por el primer emperador de China, Qin Shi Huang (260-210 AC) para que le protegieran en su vida en el más allá.

El museo es una de las principales atracciones turísticas de China y recibió la visita de cinco millones de personas el año pasado.

La familia del presidente de EEUU, Barack Obama, visitó también las antiguas murallas de la ciudad, que datan del siglo XIV, durante la dinastía Ming, y que tardaron ocho años en construirse.

Allí, Michelle Obama y sus hijas asistieron a una demostración de salto de cuerda ofrecida por unos estudiantes de secundaria.

La primera dama, que el pasado viernes durante una visita a un centro de enseñanza media en Pekín junto a su homóloga china, Peng Liyuan, se había animado a dar unas voleas de ping-pong hoy tampoco se acobardó y accedió a la invitación de los estudiantes a participar con ellos en un juego típico chino, por el que los jugadores se pasan con el pie y sin dejarla caer una pequeña pieza adornada con plumas.

Aunque Obama calzaba en ese momento tacones, no dudó en cambiarse los zapatos por otros planos y sumarse al entretenimiento.

La primera dama ya había dado muestras el día anterior de su gusto por los pasatiempos informales durante una visita a la Gran Muralla china, en las afueras de Pekín, donde tras recorrer un par de kilómetros junto a sus hijas optó por descender no a pie o por el teleférico que habían empleado para subir, sino por un gigantesco tobogán que suele hacer las delicias de los turistas.

Si quiso aprovechar esa salida para hacer compras, no pudo adquirir uno de los recuerdos más populares entre los turistas que suben a ese monumento: camisetas con una caricatura de su marido luciendo el gorro de Mao.

Los vendedores de los mercadillos habían retirado esas prendas de la venta para la ocasión, aunque uno de ellos mostró una caja que guardaba en la trastienda.

Pero aunque la gira de la primera dama, que concluirá el miércoles en Chengdu, ha tenido elementos lúdicos, su objetivo principal es tender puentes alternativos, especialmente en las áreas de la educación y la cultura, entre China y EEUU, las dos grandes potencias económicas que en el ámbito diplomático suelen contemplarse con suspicacia.

Aunque antes de que comenzara el viaje la semana pasada la Casa Blanca había indicado que la gira no tendría contenido político, el sábado Michelle Obama lanzó un mensaje a China sobre derechos humanos, al defender la libertad de información y de culto.

"Cuando se trata de expresarse libremente, y de rezar a quien te parezca, y de tener un acceso abierto a la información, creemos que ésos son derechos universales que corresponden a cada persona de este planeta", declaró entonces la primera dama.

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