Bagdad, 28 mar.- Los ministros árabes de Exteriores comenzaron hoy la reunión preparatoria para la primera gran cumbre regional tras el estallido de la primavera árabe, que se celebrará mañana en Bagdad, en la que estudiarán una serie de resoluciones sobre Siria.
En la inauguración de la conferencia, que tiene lugar en el Palacio bagdadí de la República, el ministro iraquí de Exteriores, Hoshiyar Zebari, auguró que "la cumbre de Bagdad será el comienzo de una nueva etapa en la historia de la región árabe".
Esos cambios son ya patentes en la mesa de los ministros: Destaca el asiento vacío de Siria, cuya participación en la Liga Árabe fue suspendida en noviembre pasado, y luce la nueva bandera libia, símbolo de la lucha antigadafista.
A la reunión de hoy asiste también el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, como anfitrión.
El encargado de leer la agenda del día fue el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, que señaló que los ministros estudiarán el conflicto sirio y la situación en el Yemen, el desarme nuclear en la región, la causa palestina y el conflicto con Israel, además de la cooperación árabe y la organización interna del organismo.
Sobre la crisis siria, el ministro de Exteriores libio, Ashur bin Jayal, cuyo país ocupa la presidencia de turno, apuntó que se va a trabajar para "detener el derramamiento de sangre en Siria".
"Somos testigos a diario de la tragedia de nuestros hermanos en Siria y de los asesinatos que sufren por parte del régimen represor. Siria necesita hoy más trabajo árabe" para detener la violencia, señaló Bin Jayal.
Los jefes de las diplomacias árabes abordarán hoy una serie de proyectos de resolución que reafirman el apoyo a las políticas adoptadas hasta el momento por la Liga Árabe sobre el conflicto sirio.
En esos borradores, se pide al régimen de Bachar al Asad el fin "inmediato" de todo tipo de violencia, la protección de los civiles y garantías para que los ciudadanos puedan manifestarse libremente.
También se insta a las autoridades sirias a la liberación inmediata de los prisioneros políticos y al repliegue del Ejército, además de solicitar la entrada de ayuda humanitaria.
Mañana Bagdad acogerá la XXIII cumbre árabe, la primera que se celebra en Irak en más de dos décadas, después de que fuera suspendida el año pasado por la situación política derivada de la primavera árabe.
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