Moldavia intenta superar la crisis política en un plebiscito constitucional

  • Moscú.- Moldavia celebra hoy un referéndum constitucional con el que se pretende superar una grave crisis política que desde hace un año mantiene al país con un presidente interino y un Gobierno maniatado por la oposición comunista.

Mihai Ghimpu
Mihai Ghimpu

Moscú.- Moldavia celebra hoy un referéndum constitucional con el que se pretende superar una grave crisis política que desde hace un año mantiene al país con un presidente interino y un Gobierno maniatado por la oposición comunista.

La gobernante Alianza para la Integración Europea (AIE), que arrebató el poder a los comunistas en los comicios de julio de 2009, propone en esta consulta elegir por sufragio directo al presidente del país, ante su incapacidad de superar la resistencia de la oposición en el Parlamento.

El jefe del Parlamento moldavo, Mihai Ghimpu, tuvo que asumir el pasado año el cargo de presidente de manera interina, después de que la cámara fuera incapaz de elegir en dos votaciones en 2009 al nuevo jefe del Estado debido al boicot de los comunistas.

La coalición gobernante, de tendencia liberal, aboga por acabar así con la parálisis del poder y sacar el país de la larga crisis institucional, que impide el funcionamiento normal y la apremiante modernización del Estado.

La consulta es crucial para la estabilidad interna y el futuro geopolítico de Moldavia, pequeño y pobre país de Europa enclavado entre Ucrania y Rumanía: para unos en el "patio trasero" de Rusia y para otros en la frontera oriental de la Unión Europea y la OTAN.

Esto explica el interés que tiene esa consulta y el destino de Moldavia -gobernada entre 2001 y 2009 por los comunistas- para la Unión Europea y EEUU, por un lado, y para Rusia y la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI), por el otro.

Los sondeos auguraban un amplio apoyo a la propuesta de comicios presidenciales directos, pese al boicot de los comunistas, convencidos de que la AIE manipulará los resultados para perpetuarse en el poder.

El ex presidente moldavo y líder comunista Vladímir Vorónin denunció que el objetivo de la AIE es promover la reunificación con Rumanía, con la que Moldavia comparte historia e idioma, romper lazos con la comunidad pos-soviética y entregar el país a la OTAN.

"Estoy convencido del éxito del plebiscito. El pueblo pondrá fin a esta larga crisis, y los comunistas sufrirán una contundente derrota", replicó hoy Ghimpu tras emitir su voto en Chisinau.

Seguro del apoyo popular a la propuesta sometida a consulta, Ghimpu abogó por disolver tras el referéndum el Parlamento y celebrar simultáneamente en noviembre elecciones presidenciales y legislativas anticipadas.

"He votado por la estabilidad política, la prosperidad y la integración en Europa", puntualizó Ghimpu.

Agregó que tras el referéndum "sería conveniente disolver el Legislativo y celebrar elecciones parlamentarias anticipadas simultáneamente con las presidenciales".

También el primer ministro moldavo, Vlad Filat, afirmó que "el boicot no servirá para nada, y el referéndum triunfará, porque las elecciones presidenciales directas responden a los intereses del pueblo", según la agencia IPN.

"Creo que los comicios presidenciales y los parlamentarios anticipados tendrán lugar el mismo día a mediados de noviembre", dijo el jefe del Gobierno, quien subrayó que esto responde a los compromisos asumidos por la AIE ante el Consejo de Europa.

Filat es visto como uno de los principales candidatos de la AIE para la Presidencia junto al carismático líder del Partido Democrático, Marian Lupu.

La jornada electoral se vio ensombrecida por el ya tradicional boicot de la cita con las urnas en algunos colegios en territorio de la separatista región moldava de Cisdniéster, que acoge tropas y arsenales rusos.

La Comisión Electoral Central (CEC) anunció además que un fallo informático paralizó el sistema electrónico de recuento de los votos, declaración que alimentó las sospechas de los comunistas sobre posibles falsificaciones.

"Las autoridades están asustadas por la baja participación y organizaron este fallo del sistema para amañar los resultados", aseguró el comunista Iurie Muntián, según la agencia rusa Interfax.

La CEC admitió que para las 16.00, horas local (13.00 GMT), tres antes de cerrar los colegios, había recibido información sobre la participación de sólo un 18 por ciento del censo, de 2,7 millones de electores, pero indicó que siempre había una mayor afluencia al final de la jornada.

Recientes enmiendas electorales han reducido del 60 por ciento a apenas un tercio del censo la participación necesaria para validar la consulta, y la Constitución moldava será modificada si lo pide así al menos la mitad de los que acudirán a las urnas.

Además, la AIE espera obtener en esta consulta el apoyo adicional de los trabajadores residentes en el extranjero, pues la CEC abrió 78 nuevas mesas de votación en varios países europeos donde residen cientos de miles de emigrantes moldavos.

Los 2.035 colegios, donde supervisan la votación 250 observadores moldavos y extranjeros, permanecerán abiertos hasta las 21.00 hora local (18.00 GMT), y los resultados se conocerán el lunes y serán aprobados por el Tribunal Constitucional en diez días.

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