Nadie sabe qué hacer con los refugiados de Bangladesh procedentes de Libia

  • Ras el Jedir (Túnez).- Los refugiados de Bangladesh que han pasado de Libia a Túnez huyendo de la sangrienta rebelión contra el líder libio, Muamar Al Gadafi, siguen teniendo problemas al cruzar la frontera, pues en realidad nadie sabe exactamente qué hacer con ellos.

Al menos 186.000 personas ya han huido de Libia a Túnez, Egipto y Níger
Al menos 186.000 personas ya han huido de Libia a Túnez, Egipto y Níger

Ras el Jedir (Túnez).- Los refugiados de Bangladesh que han pasado de Libia a Túnez huyendo de la sangrienta rebelión contra el líder libio, Muamar Al Gadafi, siguen teniendo problemas al cruzar la frontera, pues en realidad nadie sabe exactamente qué hacer con ellos.

Al no tener Bangladesh embajada en Túnez, los refugiados, unos 10.000 según datos de la ONU, se encuentran con que ningún representante diplomático o consular ha acudido a esperarles, ni tampoco saben a quién dirigirse para que les consiga repatriar a su lugar de origen.

Mientras se aclara su situación, los refugiados se agrupan a lo largo del puesto fronterizo, convertido ahora en un improvisado campamento.

Pese a la buena predisposición de las autoridades tunecinas, ya comienzan a notarse en Ras el Jedir los efectos de este gigantesco éxodo humano, del que los bangladesíes son sólo una parte, y no la mayor, que comenzó el pasado 20 de febrero y que ha afectado a más de 75.000 personas que han cruzado por este lugar, según cifras oficiales.

Maletas abandonadas, restos de comida, petates destripados y gente dispersa por todas partes es el panorama que pudo constatar hoy Efe en Ras el Jedir.

Paradójicamente, la situación en este paso fronterizo es hoy mucho más tranquila que en jornadas precedentes, dado que los egipcios, el contingente de refugiados más numeroso, están siendo repatriados a su país tras la llegada, en los dos últimos días de la ayuda internacional a gran escala en respuesta a la petición de las autoridades tunecinas

Sin embargo, persiste el problema para los refugiados de Bangladesh, que ahora son los que de forma mayoritaria se desperdigan por Ras el Jedir y por el cercano campamento de Choucha, situado a unos 8 kilómetros de la frontera y adonde hoy tuvieron que llegar andando, cargados con todos sus pertrechos.

Apenas había vehículos que pudieran trasladar a los bangladesíes hasta Choucha, ya que se están empleando en las tareas de evacuar a la gente al aeropuerto de Djerba, el más cercano a la frontera, y al puerto de Zarzis.

Esta situación ha suscitado la preocupación de la ONU, que reconoce que el problema es complicado.

Representantes de la ONU en el paso fronterizo tunecino de Ras el Jedir dijeron a Efe que "el contingente de Bangladesh necesita una atención especial ya que, al carecer de embajada en Túnez, nadie se hace cargo de ellos".

Estos representantes añadieron que ayer comenzó una repatriación para los bangladesíes a cargo de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) y, aunque no está confirmado por otras fuentes el dato, es posible que 2.000 de estos ciudadanos hayan sido ya repatriados.

Respecto a los egipcios -el contingente de refugiados mas numeroso- los representantes de la ONU dijeron que el último grupo de los 4.000 que permanecen en el campamento de Choucha, debería ser repatriado hoy.

Otro asunto que ha sorprendido a las agencias internacionales presentes en la frontera, así como a las autoridades tunecinas y a la prensa destacada en la zona es la casi total ausencia en las últimas 24 horas de gente esperando a pasar del lado libio a Túnez.

Nadie sabe a ciencia cierta qué está pasando ni porqué se ha detenido el flujo de refugiados pero el puesto fronterizo libio, donde sigue ondeando la bandera verde del régimen de Gadafi, se encuentra prácticamente desierto.

Algunas informaciones sin confirmar apuntan a la posibilidad de que las fuerzas pro Gadafi estén impidiendo a los civiles proseguir con la huida, en tanto que los que ya han cruzado recelan hablar, salvo para repetir, como vienen haciendo desde hace casi dos semanas, que las fuerzas de seguridad libias les han arrebatado el móvil o su tarjeta de memoria.

En este sentido, la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expresó su temor a que las fuerzas leales a Gadafi estén impidiendo a los civiles huir de Libia hacia Túnez, lo que explicaría que el flujo de personas que cruzan la frontera haya caído de entre 10.000 y 15.000 por día hasta menos de 2.000 ayer.

"El lado libio de la frontera está ahora controlado por fuerzas pro-gubernamentales con hombres fuertemente armados", reveló la portavoz del organismo en Ginebra, Melissa Fleming.

Entretanto y ante esta coyuntura, Ras el Jedir se ha convertido también en estos días en un mercadillo improvisado, donde se venden móviles, algunos de segunda mano, tarjetas de memoria, tabaco e incluso colonia y desodorantes; cualquier cosa que sea susceptible de ser comprada por quienes han pasado prácticamente con lo puesto y una maleta.

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