Noche amarga en Nicaragua

  • Barcelona.- Las encuestas lo vaticinaban y las urnas lo han confirmado. El PSC ha obtenido en las autonómicas el peor resultado de su historia, una debacle que deja al partido al borde del precipicio político y a su líder, José Montilla, a un paso de abandonar la formación.

Un hombre lanza un huevo al portavoz del PSC mientras valoraba el sondeo
Un hombre lanza un huevo al portavoz del PSC mientras valoraba el sondeo

Barcelona.- Las encuestas lo vaticinaban y las urnas lo han confirmado. El PSC ha obtenido en las autonómicas el peor resultado de su historia, una debacle que deja al partido al borde del precipicio político y a su líder, José Montilla, a un paso de abandonar la formación.

Los primeros rumores que auguraban el descalabro socialista empezaron a correr por la sede del partido, en la calle Nicaragua, minutos después de las seis de la tarde.

En la tercera planta, entre los periodistas que cubrían la cita electoral, se comentaban los resultados de una encuesta de TV3 a pie de urna que daba al PSC 23 diputados, mientras que CiU obtenía casi el triple, 67.

El runrún no causaba demasiada sorpresa entre las filas socialistas, que ya daban por hecha la derrota y una apabullante victoria de los nacionalistas. Sólo quedaba cruzar los dedos para que no fuera por mayoría absoluta.

"Si hay que perder, más vale una derrota contundente que permita hacer un profundo cambio, un verdadero punto y aparte", señalaban en privado en el PSC.

Se presagiaba una noche amarga en Nicaragua, dominada por un ambiente de tensión, nerviosismo y caras largas.

En la sede, con la fachada iluminada de rojo, se iban congregando poco a poco algunos militantes, mientras los dirigentes socialistas, con José Montilla a la cabeza, seguían el escrutinio acuartelados en la cuarta planta. Tan sólo la consellera de Trabajo, Mar Serna, el alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, y muy fugazmente el titular de Educación, Ernest Maragall, se dejaron ver por la sala de prensa.

No fue hasta las ocho y diez de la noche, cuando se hizo público el sondeo a pie de urna de TV3, que otorgaba al PSC entre 24 y 27 escaños, frente a los 37 que tiene actualmente, cuando el portavoz del partido, Miquel Iceta, compareció ante los medios para valorar los resultados.

La comparecencia no pudo ser más accidentada. Con gesto severo, consciente de la magnitud de la tragedia, lo primero que hizo Iceta fue recibir el impacto de un huevo lanzado por un hombre en la cabeza. Sin apenas inmutarse, se limpió la frente para acto seguido admitir la derrota y felicitar a CiU por la victoria.

"Será una noche corta", vaticinó Iceta, consciente de que la victoria nacionalista era un hecho consumado.

Durante las dos horas posteriores, según avanzaba el escrutinio, el PSC se movía entre los 29, 30 y 31 diputados. Fuera cual fuera el resultado, era el peor de su historia. Finalmente fueron 28 escaños.

En Nicaragua, a algunos ya sólo les tranquilizaba saber que la caída del repudiado socio de ERC había sido aún mayor, al pasar de 21 a 10 diputados.

Sobre las 22.30 horas de la noche, con más del 90% de los votos escrutados, empezaron a aparecer en la sala de medios algunos dirigentes socialistas, como el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, la eurodiputada Maria Badia o el ex concejal Carles Martí.

Se esperaba la llegada de Montilla y algo en el ambiente decía que no sólo iba a valorar la derrota.

Evidentemente, el líder del PSC felicitaba a CiU por la victoria y anunciaba que no volvería a optar a la secretaría del partido. Lo decía visiblemente emocionado, tras ser recibido por una fuerte ovación por los dirigentes y afiliados que, ahora sí, llenaban la sala de la tercera planta.

Aplausos que sonaban a despedida.

Gemma Bastida

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