Ocho centrales nucleares francesas reanudarán a lo largo del mes de febrero su actividad, lo que contribuirá a mejorar el suministro en el país vecino, a reducir sus necesidades de importación y, con ello, a abaratar el precio de la electricidad en España.
Las crecidas en el precio de la luz se explican en gran medida por la paralización de estas centrales. España ha estado suministrando energía al país vecino, lo que ha supuesto que la factura se vea afectada. Exportar a Francia reducía la cantidad de energía disponible. Aunque lo cierto es que no era el único ingrediente. También la escasez de lluvias, de aire y gas natural inflaron los precios.
El parque nuclear francés llegó a tener 21 grupos nucleares de los 58 indispuestos a finales del año pasado, circunstancia que, junto al aumento de la demanda por la ola de frío o la escasez de agua en los pantanos, provocó en enero una fuerte escalada en el precio de la electricidad en España.
El cierre de las centrales es responsabilidad de la Autorité de Sûreté Nucléaire (ASN), el consejo nuclear francés, que revisó las centrales nucleares por el temor fundado de que los generadores de vapor y las piezas de acero que los componen concentren una cantidad de carbono superior a la permitida. El 70% de la generación eléctrica de Francia es nuclear.
Según datos del gestor de la red eléctrica francesa, RTE, recogidos por Europa Press, en febrero recuperarán su actividad grupos nucleares con una potencia nominal conjunta de 9.860 MW, más que la instalada en toda España. Tras ese momento, solo habrá 3.900 MW pendientes de recuperar su actividad.Solo quedarán otras cuatro centrales por reactivar
Durante el mes, se producirá el final de la indisponibilidad de las centrales de Cruas 3 (915 MW), Civaux 1 (1.495 MW), Civaux 2 (1.495 MW), Tricastin 2 (915 MW), Cattenom 2 (1.300 MW), Chooz 1 (1.500 MW), Gravelines 6 (910 MW) y Paluel 3 (1.330 MW).
Tras la entrada en operación de estas instalaciones, solo quedarán pendiente de reiniciar la actividad de cuatro centrales, que son las de Golfech 2 (1.310 MW), Fessenheim 2 (880 MW), Gravelines (910 MW) y Bugey (880 MW). Dos de ellas recuperarán su actividad en marzo y las otras dos en mayo y junio.
España ha sido tradicionalmente exportador de electricidad a Francia. El saldo positivo se ha producido de forma continuada entre 2003 y 2015, ejercicio en el que, por primera vez en más de una década, fueron superiores las importaciones, según se aprecia en una última memoria anual de Unesa.
En todo caso, las exportaciones se exacerbaron desde finales de 2016 por los problemas de suministro en Francia fruto de la indisponibilidad de las centrales nucleares, que no solo tensionaron el mercado eléctrico en la Península Ibérica, sino en el conjunto del continente.
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