Nuevo canciller brasileño defiende una diplomacia "activa" y "de resultados"

  • El nuevo canciller brasileño, Mauro Vieira, recibió hoy el cargo de su antecesor, Luiz Alberto Figueiredo, y afirmó que Brasil necesita ser "activo" y tener una "diplomacia de resultados".

Brasilia, 2 ene.- El nuevo canciller brasileño, Mauro Vieira, recibió hoy el cargo de su antecesor, Luiz Alberto Figueiredo, y afirmó que Brasil necesita ser "activo" y tener una "diplomacia de resultados".

"Tendré siempre en mente que no basta estar presentes en el mundo. Es preciso ser activos. El valioso simbolismo de la presencia no puede substituir una diplomacia de resultados, que se mide con números, con acciones, con compromisos", afirmó Vieira durante la ceremonia de traspaso de cargo celebrada en Brasilia.

El nuevo ministro de Relaciones Exteriores reiteró el pedido de Brasil de reformar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con el fin de otorgarle "más representatividad" y convertirlo en un órgano "más eficiente".

En su discurso, Vieira siguió la línea marcada por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en su ceremonia de investidura, celebrada la víspera, y subrayó que el objetivo de Brasil seguirá siendo la integración latinoamericana, pero sin dejar de fortalecer los lazos con el resto del mundo.

"Trataremos de consolidar a Suramérica como espacio de integración y ampliar esfuerzos en el mismo sentido con el resto de la región. Los lazos con el mundo desarrollado, con Estados Unidos, Unión Europea y Japón, las relaciones con los miembros de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica), con países emergentes, con nuestros hermanos árabes, con todos los miembros de la comunidad internacional", sostuvo.

El anterior ministro, Figueiredo, dejó este viernes el cargo de canciller para asumir la embajada de Brasil en Washington, hasta ahora ocupada por Vieira, quien también ha sido embajador en Argentina.

Esa alteración fue interpretada como un paso en favor de reforzar las relaciones con Estados Unidos, que a mediados de 2013 fueron ensombrecidas por un escándalo de espionaje denunciado por el exagente de la CIA Edward Snowden, en el que reveló que las comunicaciones telefónicas y digitales de Rousseff eran espiadas, así como las de sus asesores y las de la petrolera estatal Petrobras.

Los 39 integrantes del nuevo Gabinete de la presidenta Rousseff juraron la víspera sus cargos en una ceremonia que la jefa de Estado encabezó en el palacio presidencial de Planalto poco después de asumir ante el Congreso su segundo mandato de cuatro años.

Las disputas entre los partidos de la alianza oficialista por cargos y espacio político obligaron a la presidenta a anunciar los nombramientos por etapas en un proceso que sólo concluyó en vísperas de su investidura.

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