Obama acude a cumbre para presionar a europeos sobre crisis de la deuda

  • El presidente de EEUU, Barack Obama, llegará a la cumbre del G20 con una misión principal: insistir a los europeos en la necesidad de tomar medidas para hacer frente a la crisis de la deuda y evitar un contagio al resto de las economías.1 Estados Unidos ha multiplicado en los últimos meses, por activa y por pasiva, sus llamamientos a los europeos para que tomen medidas efectivas, tras comprobar con alarma que la crisis de la deuda en la zona euro comenzaba a amenazar su propia recuperación e

Macarena Vidal

Washington, 31 oct.- El presidente de EEUU, Barack Obama, llegará a la cumbre del G20 con una misión principal: insistir a los europeos en la necesidad de tomar medidas para hacer frente a la crisis de la deuda y evitar un contagio al resto de las economías.1

Estados Unidos ha multiplicado en los últimos meses, por activa y por pasiva, sus llamamientos a los europeos para que tomen medidas efectivas, tras comprobar con alarma que la crisis de la deuda en la zona euro comenzaba a amenazar su propia recuperación económica.

El anuncio esta semana pasada de un acuerdo que la UE espera sirva para atajar definitivamente la crisis fue saludado por Obama como un primer paso "esencial".

En su primera reacción, el presidente estadounidense aseguró que "no hay duda de que se han logrado progresos".

Pero inmediatamente puntualizó que "ahora la clave es asegurarse de que hay un seguimiento firme, una firme puesta en marcha de los planes que se han presentado".

Según recordó, "si Europa permanece débil, si no crece, como nuestro mayor socio comercial eso va a tener un impacto en nuestras empresas y nuestra capacidad de crear empleos aquí en EEUU".

En un sentido similar se pronunció en un artículo que publicó el diario "Financial Times" el viernes.

Allí, Obama señalaba que es importante "recapitalizar los bancos europeos", "trazar un camino sostenible para Grecia" y afrontar "los asuntos estructurales" de la crisis.

Además, Obama destaca la importancia de que cada país haga un esfuerzo para que el crecimiento global sea equilibrado y sostenible a fin de evitar caer en viejos desequilibrios.

Esto supone que algunos países tendrán que afrontar sus propios desafíos fiscales, puntualiza.

El pacto europeo incluye un recorte del 50 por ciento de la deuda griega en manos privadas, la recapitalización de los bancos con 106.000 millones de euros y la potenciación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para que su capacidad de intervención alcance hasta un billón de euros.

El cuarto capítulo del acuerdo incluye nuevas medidas de consolidación fiscal por parte de los países que necesitan finanzas públicas más sostenibles y más reformas estructurales.

La cumbre de la zona euro también decidió iniciar el proceso para estudiar una posible reforma de los Tratados con el objetivo de reforzar la convergencia económica, incrementar la disciplina fiscal y profundizar la unión económica.

Pero si Obama buscará en la cumbre de Cannes (Francia) que los europeos profundicen en su acuerdo, lo cierto es que no llega desde una posición de fuerza para presionarles.

La recuperación económica estadounidense aún se encuentra renqueante, si bien los últimos datos del PIB han revelado un crecimiento superior a lo esperado, una tasa anualizada del 2,5 por ciento.

Pero la Casa Blanca y el Congreso, donde la oposición republicana controla la Cámara de Representantes, se encuentran enzarzados en un punto muerto sobre el plan para fomentar la creación de empleo que Obama propuso a principios de septiembre, valorado en 447.000 millones de dólares.

Ante el bloqueo republicano, la Casa Blanca ha optado por intentar la aprobación de esa medida elemento por elemento.

Y antes de ello, los mercados aún recuerdan la agria disputa del pasado verano en el Congreso para elevar el techo de la deuda estadounidense.

Los europeos también pueden puntualizar, ante los intentos de presión estadounidense, que el detonante primero de la crisis global fue la crisis financiera estadounidense estallada en 2008 por las malas prácticas de sus bancos.

El secretario del Tesoro, Tim Geithner, ya pudo comprobar la escasa disposición de los europeos a dejarse presionar por Washington en la reunión de ministros de Finanzas de la eurozona en Polonia el pasado septiembre.

Entonces, los europeos ya se mostraron desdeñosos ante las recomendaciones del representante estadounidense, al que dejaron claro que EEUU no está en posición de "decirnos lo que tenemos que hacer", como declaró entonces la ministra de Finanzas austriaca, Maria Fekter.

Obama, si no se pronuncia con cautela, podría encontrarse en Cannes en la misma posición que su secretario en Wroclaw.

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