Obama no puede hablar de pena capital mientras actúan drones, dice activista

  • "Es difícil que (el presidente Barack) Obama se pronuncie contra la pena de muerte mientras se mantiene en marcha el actual programa de drones", afirmó con cierta ironía David Love, director ejecutivo de la organización de exculpados de la pena capital en EE.UU. "Witness to innocence".

Atlanta (EEUU), 1 jun.- "Es difícil que (el presidente Barack) Obama se pronuncie contra la pena de muerte mientras se mantiene en marcha el actual programa de drones", afirmó con cierta ironía David Love, director ejecutivo de la organización de exculpados de la pena capital en EE.UU. "Witness to innocence".

Obama se encuentra en un "posición complicada", reconoció el activista, ya que "no es fácil defender" la abolición de la pena de muerte a la vez que continúa aprobando los polémicos ataques desde aviones no tripulados que han causado la muerte de cientos de personas en países como Yemen, Pakistán o Afganistán

Love y más de medio centenar de miembros de la organización celebran su reunión anual en un plácido hotel a las afueras de Atlanta, algo que contrasta con la dureza de las historias de los antiguos reclusos del corredor de la muerte.

"Los políticos tienden a no pronunciarse sobre cuestiones en las que no perciben un amplio nivel de aprobación. Sería necesario un verdadero empuje popular para salga públicamente a defender su abolición", afirmó el activista anti-pena capital en una entrevista con Efe.

En este sentido, estableció una comparación con el cambio de postura mostrado por Obama ante el casamiento de homosexuales, frente al que el actual presidente ha ido adoptando gradualmente un respaldo explícito.

"Así es como se van transformando estas cosas, los políticos no quieren arriesgar su capital si no ven una realidad social más afianzada. No quieren ser la persona que arriesga", explicó Love.

Destacó, no obstante, que la Administración podría hacer mucho más para detener las ejecuciones.

Por ejemplo, aunque en Estados Unidos la mayoría de las sentencias de pena de muerte son realizadas por los estados, también existen casos de pena capital federal, decretada por el gobierno federal.

"Son muy pocos, pero siguen existiendo. Y el gobierno podría actuar en ellos", apuntó al referirse a los 59 reclusos en esta situación, del total de 3.125 condenados a muerte.

Otro aspecto en el que el gobierno federal, señaló Love, podría ayudar es estableciendo algún tipo de compensación para los presos que han sido finalmente liberados después de una media de una década en prisión por crímenes que finalmente se probó que no cometieron.

"Actualmente no recibimos ningún tipo de ayuda del gobierno federal, y vivimos de las donaciones principalmente de la Unión Europea y fundaciones como la de George Soros", se lamentó.

Muchos de los presos salen de la cárcel en situación precaria, sin apenas dinero, con problemas mentales y dificultad para reincorporarse a la realidad después del drama vivido.

Desde que se reinstauró la pena de muerte en EE.UU., 142 personas han sido exculpadas y liberadas del corredor de la muerte.

Acutalmente, "Witness to Innocence" está trabajando de conseguir el reconocimiento de las condiciones de reclusión en EE.UU. dentro del status de tortura por parte de Naciones Unidas para poder acceder a fondos del organismo internacional

"El confinamiento solitario de los reclusos es una forma de tortura según los estándares internacionales. Encerrados 23 horas, en el celdas diminutas, sin contacto humano, en algunos casos las luces están constantemente encendidas", relata.

"Y se encuentran en estas condiciones esperando, básicamente, su asesinato", insiste Love, quien trabajó en la legislatura de Pensilvania durante años para concienciar sobre los errores de la pena capital.

Como dato positivo, Love valoró las últimas aboliciones de la pena capital en seis estados (Nuevo México, Nueva Jersey, Connecticut, Nueva York, Maryland e Illinois) en otros tantos años, y señaló que espera que se debatan propuestas similares en Delaware, Nuevo Hampshire y Montana en los próximos años.

En muchos estados del norte de EE.UU la pena capital sigue en vigor, pero apenas se aplica; mientras que en el sur, donde se concentran más del 70% de las ejecuciones del país, se aplican de manera habitual.

"Pero esa gente, no hay que olvidar, sigue en el corredor de la muerte", explicó.

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