Washington, 1 may.- El presidente estadounidense, Barack Obama, aprobó hoy una orden ejecutiva para evitar que los extranjeros que ayuden a Irán y Siria a evadir sus sanciones ingresen en Estados Unidos o puedan seguir operando.
La nueva orden evitará la entrada en Estados Unidos de extranjeros que ayuden a empresas iraníes a evadir las sanciones comerciales impuestas contra su programa nuclear o a Siria a continuar con la violencia del régimen de Bachar al Asad contra población civil.
El presidente Obama otorga con esta orden nuevos poderes al Departamento del Tesoro para que determine medidas -que se deberán consultar con el Departamento de Estado- contra extranjeros que ayuden a burlar las sanciones.
La norma podrá vetar la entrada de personas por intentar o planear modos de violar los bloqueos comerciales a los sectores, personas o empresas implicadas tanto en el programa nuclear iraní como en la represión siria.
Con esta decisión, Obama fortalece la red de sanciones diseñada por el Tesoro y el Departamento de Estado para penalizar a las economías sirias y al aparato de propaganda y represión de Damasco.
En una carta dirigida por Obama a los representantes del Congreso para notificar la firma de esta orden ejecutiva, el presidente estadounidense indica que hay evidencias de extranjeros que están ayudando a evadir las sanciones económicas y financieras a Irán y Siria.
Washington ha creado un amplio marco de sanciones de manera unilateral y con la ayuda de sus socios internacionales con la intención de disuadir al régimen de Teherán a continuar con su programa nuclear, que pese a que Irán asegura que tiene fines pacíficos tiene en estado de alerta a vecinos como Israel.
Por otra parte, EE.UU., la Unión Europea, Naciones Unidas la Liga Árabe han pedido al Gobierno sirio que cese la violencia contra zonas civiles en su intento por controlar a los movimientos oposición y milicias armadas.
En algo más de un año se han registrado más de 10.000 muertes, según datos de la ONU, cifra que los grupos opositores elevan a 13.000, con más de 10.000 desaparecidos y de 80.000 detenidos.
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