Obama y líderes del Congreso buscan acuerdos entre las mismas discrepancias

  • El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el nuevo liderazgo republicano del Congreso celebraron hoy su primera reunión oficial tras la conformación del legislativo para buscar puntos de encuentro y elaborar una agenda común que principalmente se nutrirá de algunos proyectos económicos.

Raquel Godos

Washington, 13 ene.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el nuevo liderazgo republicano del Congreso celebraron hoy su primera reunión oficial tras la conformación del legislativo para buscar puntos de encuentro y elaborar una agenda común que principalmente se nutrirá de algunos proyectos económicos.

Minutos antes de dar comienzo, rodeado ya de los legisladores, Obama recordó que la recuperación económica del país continúa y deseó que la discusión con los congresistas permita lograr áreas de acuerdo bipartidista.

"Estamos en posición de asegurarnos de que 2015 sea un año aún más fuerte, y con respecto a nuestros competidores, tenemos mucho mejores cartas. La clave ahora para nosotros es trabajar en equipo para construir sobre este progreso", agregó el mandatario.

Ya en la reunión, Obama llamó a los líderes de ambos partidos a "trabajar juntos" aprovechando que 2014 fue "el año más fuerte para el crecimiento del empleo en el sector privado desde la década de 1990", informó la Casa Blanca en un comunicado.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, destacó la acción del nuevo Congreso en materia de empleo y abordó además el proyecto de ley aprobado por la Cámara baja para construir el oleoducto Keystone XL, un texto que instó a firmar al mandatario pese a que éste ya ha amenazado con vetarlo en caso de que llegue a su escritorio.

Boehner se mostró más abierto en temas en los que ambas partes tienen "oportunidad de trabajar juntos para ayudar a construir una economía más fuerte" como la expansión del comercio y la creación de un nuevo código fiscal, pero colisionó con Obama en otros.

La ejecución del oleoducto es uno de los principales caballos de batalla de los conservadores en este comienzo de legislatura, mientras el Gobierno de Obama se niega a tomar una decisión al respecto mientras no haya garantías medioambientales.

Asimismo, el presidente subrayó que "hay prioridades que están por encima de la política", en referencia a la seguridad de los estadounidenses, la cual, dijo, puede estar en riesgo por el retraso en la financiación plena del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que los republicanos quieren supeditar a tumbar las acciones ejecutivas del mandatario en materia migratoria.

En este sentido, Boehner reiteró la determinación de la cámara baja por ofrecer financiación para el DHS, un proyecto de ley que contempla 39.700 millones de dólares para todo el año fiscal 2015, pero con enmiendas para detener las "acciones unilaterales" del presidente en materia de inmigración, otro de los grandes desencuentros entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Respecto a temas de política exterior, Obama se comprometió a trabajar tanto con demócratas como con republicanos en un nuevo texto para la "Autorización para el uso de la fuerza militar" (AUMF, por su sigla en inglés) de 2001, que ha servido a la Administración para lanzar su ofensiva contra el Estado Islámico (EI), pero muchos la consideran obsoleta.

Según indicó la Casa Blanca, el objetivo de esta predisposición es que el Congreso pueda aprobarla también "para mostrar al mundo que Estados Unidos está unido contra el EI".

Obama pidió en noviembre pasado a los legisladores adaptar la autorización a la situación actual con los yihadistas, pero el líder republicano animó al mandatario a que sea él quien redacte y envíe al Capitolio un borrador de la AUMF para después construir una coalición bipartidista que asegure su aprobación.

En cuanto a Irán, el presidente subrayó la importancia de los esfuerzos diplomáticos que siguen en curso destinados a impedir que ese país obtenga un arma nuclear, y reiteró su firme oposición a la promulgación de sanciones adicionales en el legislativo que podrían "descarrilar las negociaciones".

Junto a Obama y Boehner, asistieron a la reunión el vicepresidente Joe Biden; el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, y la líder de la minoría demócrata en la Cámara baja, Nancy Pelosi.

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