Naciones Unidas, 12 feb.- La ONU advirtió hoy de que la situación en la República Centroafricana (RCA) se ha convertido en una catástrofe humanitaria de "proporciones inexplicables" y llamó a la comunidad internacional a aumentar las tropas sobre el terreno.
"He sido testigo de una catástrofe humanitaria de proporciones inexplicables. Continúan las limpiezas etnoreligiosas masivas y las masacres y asesinatos indiscriminados", dijo en un mensaje el alto comisionado de la ONU para los Refugiados, Antonio Guterres.
Al término de su visita al país, el diplomático portugués dijo que es "imperativo" y una prioridad "urgente" restablecer la seguridad, la ley y el orden, tras denunciar que la violencia se ha caracterizado por una brutalidad "inhumana e impactante".
"Estoy profundamente consternado porque desde diciembre pasado hay casi medio millón de nuevos desplazados, y en total, unos 2,5 millones de personas necesitan ayuda desesperada", dijo el alto comisionado de la ONU para los Refugiados.
El responsable de Naciones Unidas aseguró que a pesar de la nueva presidenta, Catherine Samba Panza, y de la formación de su gobierno, las autoridades en el país africano no puede proteger de manera "efectiva" a sus ciudadanos.
"Decenas de miles de personas han huido del país en busca de refugio y muchos más siguen atrapados sin saber donde ir", dijo Guterres, quien detalló que solo en Bangui, la capital, miles de personas "viven en guetos en condiciones graves".
Ante la gravedad de la situación, el máximo responsable de ACNUR hizo un llamamiento a la comunidad internacional para dejar a un lado las diferencias e incrementar de manera "significativa e inmediata" las fuerzas militares y policiales sobre el terreno.
La petición de Guterres se suma a la lanzada un día antes por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien pidió a la comunidad internacional el despliegue de más tropas para frenar la crisis que vive el país.
El portavoz de la ONU dijo hoy que Guterres instó a todas las partes en el país africano a promover la mediación y allanar el camino para poder restaurar la paz y una reconciliación duradera, con el apoyo de los líderes religiosos.
Tras destacar que las agencias humanitarias y las ONG están haciendo un trabajo "excepcional" para ayudar a las víctimas de la crisis, el alto comisionado dijo que enfrentan una falta de fondos "dramática".
"La República Centroafricana ha caído en el olvido de la comunidad internacional y no podemos permitir que eso ocurra. El país necesita la misma atención que se está prestando a Siria y Sudán del Sur", concluyó.
El país centroafricano sufre una espiral de violencia protagonizada por facciones armadas enfrentadas de distinta religión, bandidos y una población que se encuentra en su mayoría en la extrema pobreza.
La capital, Bangui, fue tomada en marzo del año pasado por los rebeldes de Séléka, que asumieron el poder en el país tras la huida del derrocado presidente François Bozizé, que se ha refugiado en Camerún.
La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país en diciembre de 2012, al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.
Sin embargo, los rebeldes de Séléka son de mayoría musulmana, frente a una población esencialmente católica, por lo que el conflicto en el país africano está adquiriendo una vertiente religiosa.
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