ONU mantiene diálogos sobre Siria en Ginebra pese a incertidumbre

  • La ONU iniciará este viernes las negociaciones previstas en Ginebra con el objetivo de poner fin a casi cinco años de guerra en Siria, aunque los principales grupos de la oposición al régimen de Bashar al Asad se niegan hasta ahora a participar.

Está previsto que estas negociaciones intersirias, conseguidas bajo una fuerte presión internacional, duren seis meses y pongan fin a una guerra que ha dejado más de 260.000 muertos y millones de refugiados desde marzo de 2011.

El enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, urgió el jueves en un mensaje poner fin a este conflicto en el que participan directa o indirectamente docenas de actores regionales e internacionales.

En su mensaje por video, De Mistura prometió al pueblo sirio que Naciones Unidas hará todo lo posible para que estas conversaciones no fracasen.

Sin embargo, el diálogo se inicia en medio de una gran confusión, con la ausencia de grupos claves de la oposición siria que exigen como condición de su participación una mejora de la situación humanitaria en el Siria.

Por otra parte, se espera que la delegación del régimen de Bashar al Asad, dirigida por el embajador sirio en la ONU, Bashar al Jaafari, llegue a Suiza este viernes al medio día.

Las negociaciones serán indirectas. Las partes estarán en salas separadas y los emisarios irán de una a otra llevando las propuestas.

Las negociaciones "comenzarán como previsto", probablemente por la tarde, reiteró el viernes un portavoz de la ONU, pero añadió que no podía decir "cuándo, dónde y con quién".

"No entraremos en la sala de negociaciones si no se cumplen nuestras exigencias humanitarias", había advertido el jueves Riad Hijab, coordinador del Alto Comité de Negociaciones (ACN).

Está reunido desde el martes en Riad para decidir sobre su participación en las conversaciones de Ginebra.

La oposición está dispuesta a viajar a Suiza si se toman medidas para detener los bombardeos en las zonas donde viven civiles y para garantizar el acceso a las localidades en asediadas.

Estados Unidos, que dijo que estas exigencias son "legítimas", pidió a la oposición participar en los diálogos en Ginebra, "una oportunidad histórica para proponer medidas serias para instaurar un cese el fuego".

El ACN, conocido como el grupo de Riad, fue creado en diciembre para agrupar a los principales grupos rebeldes, tanto a las organizaciones armadas como a las formaciones políticas, ante la perspectiva de estas negociaciones.

Cuenta con el apoyo de Arabia Saudita, Catar y Francia, pero es impugnado por Rusia, aliado del régimen de Damasco, que denuncia la presencia de "terroristas" en su seno, principalmente el jefe negociador Mohamed Allouche, representante del grupo salafista Jaish al-islam.

Además, otros opositores, que no cuentan con el apoyo de Riad pero que fueron invitados a título personal por la ONU, se encuentran ya en Ginebra y están determinados a participar en las negociaciones, al mismo nivel que el grupo conocido como de Riad, lo que aumenta la confusión.

Entre ellos figura Haytham Manna, copresidente del Consejo democrático sirio (CDS), una alianza de opositores kurdos y árabes. Sin embargo, el PYD, el principal partido kurdo, no fue invitado a las negociaciones, para disgusto de Moscú.

El PYD sirio - al que Turquía considera como una rama del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), el enemigo número uno de Ankara - lucha en el terreno contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), pero la oposición siria lo acusa de complacencia con el régimen de Damasco.

"Lo importante es que las negociaciones comiencen con los que estén aquí", estimó Randa Kassis, una opositora laica que hace parte de los invitados a título personal. "Si Riad no está, el proceso comenzará sin ellos. Vengan o no, debemos comenzar algo", dijo a la AFP.

Las negociaciones se basan en la resolución 2254 votada en diciembre en la ONU. Prevé un alto el fuego, un gobierno de transición en los próximos seis meses y elecciones en 18. La oposición exige que Asad salga del poder cuando comience el periodo de transición.

Los países occidentales, que se enfrentan a una grave crisis migratoria y a una amenaza yihadista del grupo Estado Islámico (EI), ejercen una fuerte presión para encontrar una solución política que ponga fin a esta guerra.

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