Entre aplausos del PP

La despedida de Pablo Casado: "Veo la política como respeto a los adversarios"

Sánchez, le ha deseado "lo mejor en lo personal" y ha anunciado que no adelantará las elecciones. El por ahora líder del PP ha abandonado su asiento, seguido de Montesinos, Beltrán y García Terol.

Pablo Casado despedida Congreso
Pablo Casado abandona el hemiciclo.
Agencia EFE

El líder del PP, Pablo Casado, ha asistido este miércoles a la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso por "obligación como jefe de la oposición y respeto a la sede de la soberanía nacional".  Y ha utilizado su turno de palabra para despedirse. "Entiendo la política desde la defensa de los más nobles principios y respeto a los adversarios y entrega a los compañeros para servir a España porque ese es el futuro que merecen nuestros hijos", acababa su intervención antes de recibir el aplauso de muchos de los diputados del Partido Popular. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, le ha deseado "lo mejor en lo personal" y ha anunciado que no adelantará las elecciones generales en medio de la crisis interna del PP. "Éste es un Gobierno con sentido de Estado", ha enfatizado. Segundos después Casado abandonó el hemiciclo, seguido rápidamente de los diputados que se mantienen a su lado, como Pablo Montesinos (Málaga), Antonio González Terol (Madrid) y Ana Beltrán .

Intervención de Pablo Casado en el Congreso.

Casado mantenía para este miércoles su pregunta semanal al presidente, en esta ocasión referida a las "cesiones" que, a su juicio, hace el Gobierno a sus socios independentistas para poder continuar en el Palacio de la Moncloa. En medio de una grave crisis interna en el partido y con buena parte de los dirigentes del PP pidiendo un congreso extraordinario, Casado no variaba sus planes parlamentarios. "¿Cuánto más está dispuesto a ceder a sus socios independentistas para seguir en la Moncloa?", rezaba la pregunta. No la ha hecho y en su lugar ha leído un discurso de despedida. En ella recalcaba a Sánchez que "nuestra responsabilidad era ensanchar el espacio de la centralidad para que PP y PSOE pudiéramos ganar en él, sin pactos con quienes no creen en España ni quienes atentaron contra ella. Esa ha sido siempre la trayectoria del PP".

Casado entró en el Congreso por el garaje y no respondió a las preguntas que algunos periodistas le hicieron en el pasillo del hemiciclo sobre cómo se encuentra tras la rebelión contra él de los barones del partido y si se presentará al congreso extraordinario de la formación que se convocará previsiblemente en la Junta Directiva Nacional del próximo martes, 1 de marzo. Tras hacer su intervención en la pregunta a Sánchez, Casado se sentó en su escaño y recibió una prolongada ovación de todo su grupo parlamentario en el Congreso puesto en pie. Él respondió con un saludo con la mano mientras un asomo de emoción se le dibujaba en el rostro. Apenas Sánchez terminó de contestarle, Casado, renunciando al turno de réplica, abandonó el hemiciclo y fue a su despacho de jefe de la oposición.

Casado llegó al hemiciclo acompañado de la portavoz, Cuca Gamarra, y de algunos de sus últimos diputados fieles, entre ellos su responsable de Organización, la navarra Ana Beltrán, y el secretario de Comunicación, Pablo Montesinos. En su bancada, el portavoz económico, Mario Garcés, uno de los dirigentes del Grupo Popular que la víspera había pedido la destitución de Teodoro García Egea y la celebración de un congreso extraordinario, inició un aplauso de bienvenida, pero nadie le secundó.

En contra de su proceder habitual en las sesiones de control, Casado debatió esta vez con Sánchez leyendo su intervención y sólo usó el primer turno, renunciando a responder al presidente. Y cuando terminó, se sentó y comenzaron los aplausos del Grupo Popular. No fue una ovación unánime, pues declinaron aplaudir diputados como la gallega Marta González, una de las promotoras del escrito de diputados pidiendo una gestora hasta el congreso extraordinario, ni tampoco se apreció entusiasmo alguno en otros parlamentarios como Cayetana Álvarez de Toledo, que fue destituida por Casado como portavoz en 2020. El Grupo Popular se puso en pie unos segundos, con dudas entre los diputados y algunos sentándose antes de tiempo, y con Casado en su escaño aguantando con paciencia. Y se pasó la palabra al presidente del Gobierno, que deseó a su adversario político "suerte en lo personal". 

Desde que la semana pasada estallase la guerra entre Casado y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, el PP va de shock en shock. Las últimas horas han sido de vértigo en el principal partido de la oposición, en el que reina la sensación, entre dirigentes de toda índole, críticos y también hasta ahora afines a Casado, de que la situación es "insostenible" y el presidente del PP está ya "amortizado". Con la dirección nacional sumida en el silencio y el mutismo, Génova únicamente ha comunicado por vías oficiales la convocatoria de la Junta Directiva Nacional el próximo martes, 1 de marzo, que debatirá la puesta en marcha del XX Congreso Extraordinario del Partido Popular que, según los estatutos, se puede celebrar en un mínimo de 30 días.

Además de este congreso, Casado ha dejado caer a su número dos, el secretario general del PP Teodoro García Egea. Lo pedían los barones, lo pedía la mayoría de la cúpula, incluidos los portavoces en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, y lo han reclamado también pesos pesados de la dirección del Grupo Parlamentario Popular, antes afines a Casado. El propio Egea, en una entrevista en La Sexta, ha asegurado que ha decidido abandonar el cargo tras hablar con Casado, aunque ha negado que haya sido el presidente el que se lo haya pedido o el que le ha obligado a dimitir. Pese a su decisión, Egea no cree que haya hecho "nada malo" e incluso ha asegurado que cree las explicaciones de Díaz Ayuso sobre los negocios de su hermano.

La confirmación de que el PP se encamina a un Congreso Extraordinario y el adiós del hasta ahora escudero de Casado han llegado después de que el presidente del PP haya perdido todos sus apoyos. Su núcleo ahora es muy reducido: Ana Beltrán, Pablo Montesinos y Antonio González Terol, además de sus asesores de mayor confianza.

A Casado le dan la espalda los barones con los que se reunirá esta tarde en Génova. El viraje más significativo es el del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, amigo de García Egea, y que este martes ha pedido un congreso extraordinario para solventar una situación que es ya "insostenible". En la capital, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, comparecía para anunciar que dejaba la Portavocía nacional del Partido Popular, de común acuerdo con Pablo Casado, al que evitaba criticar, pero al que tampoco ha respaldado. No ha sido la única despedida en la cúpula del PP, de la que dimitían Andrea Levy y Belén Hoyo.

Mientras la petición de un congreso extraordinario era unánime en los territorios, algunos iban más allá y apostaban de forma nítida por la vía Feijóo. Es la apuesta por ejemplo del presidente de la Junta de Andalucía y del PP-A, Juanma Moreno, según indican fuentes populares. Por la misma senda apuesta el PP de Cantabria. Los dirigentes del PP no quieren un cierre en falso a esta crisis y son varios los que apuestan no solo por el Congreso Extraordinario, sino porque en el cónclave se imponga una lista única, sin bandos.

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