Pakistán y EEUU ceden en sus posiciones para intentar reconstruir su alianza

  • La decisión de Pakistán de reabrir su frontera con Afganistán a los suministros de la OTAN es un punto de inflexión en la deteriorada relación entre Islamabad y Washington y se enmarca en la necesidad de reavivar una alianza estratégica.

Pau Miranda

Islamabad, 4 jul.- La decisión de Pakistán de reabrir su frontera con Afganistán a los suministros de la OTAN es un punto de inflexión en la deteriorada relación entre Islamabad y Washington y se enmarca en la necesidad de reavivar una alianza estratégica.

Diversos analistas locales recalcan que más allá de su peso simbólico -y económico-, la reapertura de las rutas terrestres para los convoyes aliados es parte de un esfuerzo para restañar unos lazos que pasaban por uno de sus momentos más bajos.

"Esto es parte de un proceso más amplio para acercar posturas en diversas cuestiones que tienen que ver con temas bilaterales y también regionales", afirma a Efe el director del Instituto paquistaní de Estudios de Paz, Amir Rana.

"Ambos países han hecho cesiones para volver a estrechar las relaciones bilaterales", añade la analista paquistaní Simbal Khan, quien sin embargo advierte de que el avance puede no ser definitivo y que lo acordado en los últimos días o semanas puede ser revocado.

"Hay compromisos no escritos y si en las próximas semanas o meses no se cumplen, las rutas se podrían cerrar de nuevo", recalca Khan.

Pakistán había vetado el paso a los convoyes de la OTAN el pasado noviembre tras la muerte de 24 soldados paquistaníes en unos puestos en Salala, en la frontera con Afganistán, que fueron bombardeados por helicópteros aliados que supuestamente perseguían a talibanes.

Las autoridades de Pakistán, con el Ejército a la cabeza, reaccionaron airadamente, aún dolidas por la humillación que había supuesto medio año antes la incursión secreta de comandos de EEUU para acabar con Osama Bin Laden en suelo paquistaní.

La reapertura de las rutas se ha producido solo después de que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se disculpara ayer ante la ministra paquistaní de Exteriores, Hina Rabbani Khar por la muerte de los soldados.

Según la analista Khan, "Pakistán ha aceptado retirar su exigencia de que el presidente Barack Obama se disculpara personalmente".

"A cambio -agrega la fuente- EEUU se compromete a compartir más información de inteligencia e incluir más a Islamabad en el debate de la seguridad regional".

Otro punto de la negociación que ha cristalizado en la reanudación del paso de suministros aliados puede ser, según Amir Rana, el compromiso paquistaní para realizar por fin una operación militar en la zona tribal de Waziristán del Norte.

En esta conflictiva zona del noroeste paquistaní se sospecha que tiene su base operativa la red integrista Haqqani, asociada a los talibanes afganos, por lo que EEUU ha presionado repetidamente a Islamabad para que lance una ofensiva contra los insurgentes.

Hace dos meses se había filtrado ya que las autoridades civiles y militares paquistaníes habían dado luz verde a la reanudación del paso de suministros, pero la decisión no se materializó, lo que da idea de las complicadas negociaciones entre Pakistán y EEUU.

Aquello fue días antes de la cumbre que la Alianza Atlántica celebró a finales de mayo en la ciudad estadounidense de Chicago, pero la postura de Obama en ese foro, que Islamabad percibió como inflexible, echó al traste lo que parecía un acuerdo inminente.

La mayoría de analistas consultados coinciden en que la actitud paquistaní tras medio año de cierre era casi insostenible desde diversos puntos de vista, incluido el económico, por las pérdidas generadas a sus propios comerciantes.

"Al fin y al cabo la OTAN había encontrado rutas alternativas pero los comerciantes y transportistas locales perdían mucho dinero al desvanecerse una suculenta fuente de ingresos", dice la analista Amina Khan, del Instituto de Estudios Estratégicos de Islamabad.

Las fuentes señalan también que el poderoso estamento militar del país no está del todo de acuerdo con la decisión de su Gobierno.

Por los pasos fronterizos paquistaníes de Chamán (oeste) y Torkham (noroeste) han pasado en los últimos años la mayor parte de los suministros para las tropas aliadas.

"Algunos sectores del Ejército no han superado la humillación provocada por el ataque de Salala y por la operación de captura de Bin Laden, pero probablemente se abstendrán de decirlo en público para no debilitar al Ejecutivo", afirma Amina Khan.

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