París, 31 jul.- El Parlamento francés dio hoy su luz verde definitiva al plan presupuestario modificado para 2012, que acaba con algunas de las medidas más emblemáticas del mandato del expresidente Nicolas Sarkozy y prevé recaudar 7.200 millones de euros más en impuestos.
Los primeros presupuestos aprobados con François Hollande como jefe de Estado excluyen el llamado IVA social, un alza de 1,6 puntos porcentuales que los conservadores querían aplicar a partir de octubre en ciertos casos para compensar la rebaja de cotizaciones sociales a las empresas.
El texto definitivo, al que la Asamblea Nacional y el Senado dieron hoy su visto bueno coincidiendo con la clausura de la sesión extraordinaria, elimina igualmente las exenciones fiscales a las horas extra, otra de las disposiciones icónicas del anterior quinquenio.
El debate en una y otra cámara, que ha pasado también por una comisión mixta paritaria, se ha extendido durante las últimas dos semanas y se cierra con la oposición de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y de los centristas.
El ajuste busca situar el déficit público en el 4,5 por ciento este año, llevarlo al 3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2013 y lograr el equilibrio presupuestario en 2017, y a juicio de los conservadores está animado por un "espíritu de revancha".
Así lo indicó hoy en la Asamblea Nacional el presidente de la comisión de Finanzas, Gilles Carrez, frente a lo expresado por el ministro de Economía, Pierre Moscovici, para quien se trata de un "primer paso sólido y bien definido", que precede a las discusiones que comenzarán en otoño sobre los presupuestos de 2013.
El Ejecutivo pone su diana en los grandes patrimonios y empresas con una contribución excepcional sobre la fortuna para quienes posean bienes superiores a los 1,3 millones, y entre algunos puntos menores acaba también con la asunción de los gastos de escolaridad de los franceses inscritos en un centro galo en el extranjero.
El restablecimiento de un IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) reducido del 5,5 por ciento para el sector editorial, el endurecimiento de los derechos de sucesión o la subida al 0,2 por ciento del impuesto sobre las transacciones financieras son otras de las medidas decididas.
Para la UMP todo este paquete no va a afectar "más que de manera negativa" a la vida de los franceses, el ultraderechista Frente Nacional (FN) cree que anuncia una "masacre organizada de las clases medias", y ante esta esperada oposición, el Ejecutivo defiende en cambio que se pide un esfuerzo a quienes pueden permitírselo.
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