Piden cese ministro Justicia argentino por asado en antiguo centro torturas

  • Organismos de derechos humanos, grupos de izquierda y organizaciones sociales se movilizaron hoy en Buenos Aires para pedir la dimisión del ministro de Justicia argentino, Julio Alak, que organizó un asado de fin de año en la ESMA, la mayor cárcel clandestina de la dictadura.

Buenos Aires, 8 ene.- Organismos de derechos humanos, grupos de izquierda y organizaciones sociales se movilizaron hoy en Buenos Aires para pedir la dimisión del ministro de Justicia argentino, Julio Alak, que organizó un asado de fin de año en la ESMA, la mayor cárcel clandestina de la dictadura.

"La Escuela de Mecánica de la Armada es un símbolo. No le pertenece a la exitosa abogada de La Plata Cristina Kirchner y ni siquiera al transformista de Alak", denunció el exdiputado Miguel Bonasso, uno de los participantes en la protesta que reunió a varios centenares de personas.

Frente a la sede del Ministerio de Justicia, los manifestantes protestaron por lo que consideraron una "banalización" de la política de Derechos Humanos.

El pasado 27 de diciembre el ministro de Justicia organizó un festejo al que acudieron unos 2.000 funcionarios que incluyó un asado de fin de año en la sede de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), la mayor cárcel ilegal de la última dictadura argentina, hoy consagrada como un espacio para la memoria.

Organizaciones de derechos humanos calculan que por la ESMA pasaron unas 5.000 víctimas de la represión.

Alak defendió la convocatoria con el argumento de que "acciones como estas permiten resignificar este espacio que, durante el terrorismo de Estado, funcionó como centro clandestino de detención, tortura y exterminio".

"La ESMA es un lugar de recogimiento, de memoria, de respeto", respondieron hoy los organizadores de la marcha en reclamo del cese del ministro.

"La ESMA no es un lugar para militares, ni para asados ni actos partidarios", denunció Enrique Fukman, un superviviente del antiguo centro de torturas.

Durante la movilización, algunos manifestantes protestaron por la instalación de vallas que dificultaron el acceso a la sede del Ministerio de Justicia y se quejaron de la fuerte presencia policial.

"Estamos rodeados por una cantidad de policías como si fuéramos a una guerra", denunció la sindicalista Isabel Vieyra a medios locales.

La polémica decisión de Alak motivó duras críticas entre la oposición y opiniones encontradas entre organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales.

Organizaciones afines al oficialismo, como Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini, y las Abuelas de Plaza de Mayo, que dirige Estela de Carlotto, dieron su apoyo al ministro de Justicia.

Por el contrario, el presidente de la asociación de Exdetenidos Desaparecidos, Carlos Gregorio Lordkipanidse, consideró que Alak cometió "un error de carácter fundamental" y "tiene que renunciar" por haber faltado al respeto de quienes perdieron la vida y fueron torturados en la ESMA.

El tono de la polémica creció y la presidenta, Cristina Fernández, intervino para respaldar al ministro.

"En la exESMA se han hecho y se seguirán haciendo asados, festivales, reuniones, Hebe (Bonafini) cocinando, el Canal Encuentro, Paka Paka, etc", señaló Fernández a través de un mensaje en su cuenta de una conocida red social.

"Es la vida que por fin alcanza un lugar donde reinaron la muerte, el dolor, la tragedia y también las miserias humanas" agregó la pasada semana la presidenta, que presume de haber convertido la defensa de los Derechos Humanos en uno de los pilares de su política.

Organizaciones de Derechos Humanos estiman que la última dictadura militar argentina (1976-1983) dejó al menos 30.000 desaparecidos.

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