Madrid, 26 ago.- El copiloto de Aeroméxico detenido el pasado día 18 en el aeropuerto de Madrid-Barajas por tratar de introducir 42 kilos de cocaína trató de aprovechar la llegada a España del papa Benedicto XVI, confiando en que gran parte de los efectivos de aduanas hubieran sido destinados a garantizar la seguridad del pontífice.
Según informó hoy la Guardia Civil, el detenido, Rubén García, de 42 años, "supuso" que los agentes del Servicio Fiscal de la Guardia Civil formarían parte del dispositivo especial de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y que, por tanto, habría una relajación de los controles antidroga.
Por ello se aventuró a transportar esa gran cantidad de droga en un solo bulto en su equipaje.
El copiloto, que permanece encarcelado, fue detenido a su llegada desde México D.F. después de que su maleta fuera registrada en una "revisión habitual", tras despertar las sospechas de las fuerzas de seguridad.
Aeroméxico ha emitido un comunicado donde indica que "ha suspendido la relación laboral" con el copiloto, y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) le suspendió la licencia.
En diciembre de 2010, tres sobrecargos de la misma compañía que volaban en calidad de turistas fueron detenidos en el aeropuerto madrileño de Barajas con 140 kilos de cocaína en sus equipajes, la que fue considerada la mayor cantidad de droga interceptada en el aeropuerto madrileño.
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