Podemos juega a hacese mayor... para colarse en el centro

    • Las apariciones de Iglesias, y sus "retiradas estratégicas", son planificadas. También su puesta en escena.
    • El partido cambia de táctica para trasladar imagen de moderación. Entre su público, los pensionistas son mayoría.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en foto de archivo.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, en foto de archivo.

Nada se deja al azar. Ni las apariciones de su líder, bien medidas, ni tampoco sus puestas en escena. Si hay un partido que sabe cómo controlar su estrategia mediática es Podemos. Sabedores de que en ello va también parte de su éxito en las urnas, el partido de Iglesias mide los tiempos y no rehúsa las "retiradas estratégicas".Cuidada puesta en escena


Bien diseñados para explotar el protagonismo a Iglesias, los actos de Podemos contribuyen aún más a reforzar su liderazgo. El secretario general se cuida de entrar en los lugares en los que celebra sus discursos de masas cuando el aforo está prácticamente completo, el público sentado y expectante. Lo hace arropado por los suyos, que pasan luego a ocupar un discreto segundo plano. En primera fila, ayer, en el mitin ofrecido en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, bajo el título "El otro estado de la Nación", estaban sus más cercanos. Carolina Bescansa, Íñigo Errejón, Sergio Pascual... pero no Juan Carlos Monedero. Otro asuntos que desde el partido se encargan de cuidar. Cuando arreciaba la polémica, el número tres fue estratégicamente retirado del espacio mediático. Como también Errejón, cuando era blanco de las críticas por su proyecto en la Universidad de Málaga.


La mayoría de los actos-aquellos que se consideran estratégicos- se retransmiten con señal en streaming, a través de la página web del partido, y con buena realización. Los enfoques al público asistente tampoco son casuales. En platea abundaban ayer ciudadanos de edad más avanzada de la que cabría presuponer al votante del partido. Jubilados, amas de casa, madres con hijos emigrados al extranjero por la crisis... Una imagen de "moderación" para suavizar, también visualmente, el discurso. Quienes hacían cola fuera del edificio, en cambio, tras completarse el aforo, eran, en su mayoría, jóvenes veinteañeros.Para aparecer... primero la televisión y los programas de buena audiencia

Evidente es que Podemos trata de priorizar las apariciones de su líder en televisión, frente a cualquier otro medio. Y, sobre todo, en programas que se sabe podrán congregar a buen número de espectadores.


Ello, pese a que el partido ha dado ya muestras de relaciones tensas con determinadas empresas de comunicación, como Mediaset. Sonora fue, en noviembre, la negativa de Iglesias a acudir al programa de Telecinco, Un tiempo nuevo, presentado los sábados por Sandra Barneda. La entrevista, programada y anunciada desde hacía días para el 14 de noviembre, fue aplazada, a petición de Iglesias, para una semana después. Sin embargo, tampoco entonces se realizó.
Según Mediaset, el político había propuesto "intervenir en conexión remota desde la sede de Podemos para contestar únicamente a una cuestión por parte de la presentadora", sin posibilidad de preguntas de colaboradores.


El partido, por su parte, justificó que había propuesto a la cadena un formato en el que cinco de sus integrantes, incluido Iglesias, acudirían al plató a "encarar los ataques recibidos", y que la propuesta, "acogida en principio con buenos ojos", no prosperó "por una negativa de la cadena".


Pese a los desencuentros, las apariciones de Iglesias en este medio han sido superiores a cualquier otro. Así lo hizo, por ejemplo, con Ana Pastor en el programa El Objetivo, de La Sexta, al que eligió para su primera entrevista tras ser elegido secretario general. Una entrevista dura de la que Iglesias salió resentido. También eligió esa cadena hace unas semanas, para enfrentarse a la mayor polémica que el partido ha vivido hasta ahora, las presuntas irregularidades cometidas por su número tres, Juan Carlos Monedero, en sus pagos a Hacienda.


Esa entrevista, tampoco tuvo el efecto esperado e incluso sus propios simpatizantes afearon en Plaza Podemos, la plataforma de debate del partido en Internet, su actitud de chulería y los enfrentamientos con Eduardo Inda, tertuliano del programa.


Iglesias ha dosificado sus apariciones. Sabe que la televisión 'quema' y no ha dudado incluso en admitir que replantearía sus estrategias de comunicación. De colaborador habitual de programas- La Sexta Noche, la Sexta Columna, Las Mañanas de Cuatro, ha pasado a escoger de forma selectiva sus intervenciones. No necesita la exposición continua, sino la exposición "pensada": un golpe de efecto en el momento oportuno, y eludiendo también determinadas situaciones.
Así ocurrió, por ejemplo, antes de ser nombrado secretario general del partido, cuando Iglesias protagonizó una "retirada estratégica" para que su nombre no se viese sobreexpuesto y poder reaparecer después con impulso.


Podemos quiere llevar las riendas de esa estrategia. Y así, al tiempo que elige con cuidado cada intervención, no duda en reclamarlas públicamente y en poner en entredicho la pluralidad de los medios. Lo hizo con TVE, cadena a la que el propio Iglesias afeó por no invitarle. También con Canal Sur, a la que, desde el escenario de un mitin en Sevilla, acusó de haberle vetado una entrevista concertada por indicación de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. La cadena respondió después que en ocho meses de gestiones únicamente había recibido negativas por parte de Iglesias, aludiendo problemas de agenda.

El dirigente guarda sus tiempos, consciente del tirón: como dato, la entrevista de este pasado lunes con Pedro Piqueras en Telecinco congregó a 4.269.000 personas ante el televisor, una cuota de pantalla del 22'2% , o, lo que es lo mismo, la entrevista a un político más vista desde la realizada por Juan Pedro Valentín a José María Aznar (5.719.000 espectadores). Una marca con la que superó a la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la misma cadena (3.639.000 espectadores y un 18,9% de share), y a la del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (3.098.000 y 16,2%).Podemos se erige como actor político 'de facto'


Haciendo valer las encuestas que lo colocan como primera o segunda fuerza en las generales, y sabedor de que le quedan meses para entrar en el Parlamento, Podemos se retrata ya como actor político al nivel de los partidos con representación.


El hecho de no participar en el debate sobre el Estado de la Nación, celebrado el martes y miércoles en el Congreso, le sirvió ayer en cambio para dar un golpe de efecto: convocó a los ciudadanos a un teatro madrileño en el que Iglesias ofrecería un discurso con un título, de por sí solo, provocador: "El otro estado de la Nación". "Hacía falta que la oposición respondiera al Gobierno, por eso estamos aquí", dijo para empezar su intervención.


El formato, simple: el secretario general sobre el escenario, solo, y en tono de mitin de campaña. El contenido no se salió del guión que viene siendo un habitual. Críticas a las políticas de austeridad, a las desigualdades, a los ricos... intercaladas con algún anuncio de programa. No hubo turno de preguntas. Ni para el público, ni mucho menos para los periodistas.


Pero el impacto es importante: norma básica de un debate es que, quien lo cierra, quien tiene la última palabra, tiene también las de ganar. Iglesias siguió esta máxima. Los grupos han coincidido hoy en criticarle por su "prepotencia" y "falta de respeto" al Congreso. Lanza retos

Iglesias no dudó ayer en emplazar al presidente del Gobierno a un debate "cara a cara" en televisión. Antes, el reto se lo había lanzado también al secretario general socialista y a la presidenta andaluza, Susana Díaz. Pedro Sánchez lo rechazó primero y lo aceptó después, ante la insistencia de Jordi Évole, en el programa Salvados, poniendo como condición que fuese televisado.


"Ojalá debatamos pronto, cara a cara, en televisión; España se merece un debate entre usted y yo, cuando quiera, como quiera, señor Rajoy", subrayó ayer Iglesias.


"En este momento, lo que tenemos que hacer es trabajar cada uno en el lugar donde nos han colocado los ciudadanos", ha reprochado hoy la vicepresidenta.
Si Rajoy no acepta, Iglesias podría explotar la versión del "miedo", a la que recurre también para justificar los ataques a sus políticas. De aceptarlo, cosa probable, el dirigente de Podemos tiene también las de ganar. Maneja mejor que el presidente las técnicas de la comunicación en televisión, los tiempos, el lenguaje y se desenvuelve con soltura, habilidades adquiridas desde hace tiempo en su programa de La Tuerka. Rajoy está en cambio más acostumbrados a los tempos encapsulados de los debates en el Congreso.

Mostrar comentarios