Podemos dominaba el debate a principios de 2015 en España, imponiendo los temas del debate político -desigualdad, austeridad, corrupción- y atrayendo los dardos de la derecha.
El partido retrocedió desde entonces de la primera a la tercera posición en los sondeos, pero Iglesias sigue determinado a "ganar el partido" a menos de tres meses de las elecciones legislativas españolas del 20 de diciembre.
Había apostado a las elecciones regionales en Cataluña como rampa de lanzamiento hacia dichos comicios, pero la coalición con la que se presentó Podemos llegó solo en cuarta posición. El independentismo catalán parece haber expulsado del debate sus temas predilectos.
"Hemos cometido algunos errores", reconoce el eurodiputado en una entrevista en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, en el este de Francia. Pero "vamos a dar la pelea hasta el final, diciendo una cosa que la mayor parte de la gente en nuestro país entiende: que hay que sacar a los corruptos de las instituciones, hay que gobernar con otra actitud (...) defender los derechos sociales".
Tres meses antes de las municipales de mayo, "en febrero o en marzo ninguna encuesta preveía lo que iba a ocurrir en Madrid, lo que iba a ocurrir en Barcelona", donde ganaron plataformas de 'indignados', algunos cercanos a Podemos, defiende este profesor de Ciencias Políticas que junto a otros universitarios fundó este partido antiliberal en enero de 2014.
Para llegar al poder, superando no sólo a los conservadores del Partido Popular, sino también al Partido Socialista y a Ciudadanos, movimiento liberal nacido en Cataluña, la estrategia parece clara: Podemos debe acaparar el centro, porque ahí es donde se deciden las elecciones.
"Queremos (...) un programa de gobierno razonable, efectivamente en clave neokeynesiana, que proteja más a las mayorías", explica el joven líder izquierdista, de 36 años, negándose a hablar sobre Venezuela, donde hace años fue consejero del difunto presidente Hugo Chávez.
"Lo que nosotros proponemos no solamente era algo con lo que hace años la socialdemocracia estaban de acuerdo, sino incluso sectores de la democracia cristiana", agregó.
Para crear empleo, principal problema de España, donde el desempleo supera el 22%, se necesitan "políticas expansivas que garanticen los derechos sociales y que permitan además a los trabajadores aumentar su consumo para que se genere más empleo y negociar mucho mejor sus condiciones de trabajo, al mismo hay que tender a reducir la edad de jubilación", afirma.
Pero, para ganar, Podemos deberá evitar una dispersión de los votos de izquierdas. La prensa española especula a menudo sobre una alianza de Podemos con el partido ecolo-comunista Izquierda Unida, del que Iglesias fue consejero, pero él rechaza categóricamente esta opción.
"Lo he dicho 40 veces (...) en ningún caso acuerdo con Izquierda Unida, en ningún caso frente de izquierda", enfatiza.
"No quiero construir un proyecto político sólo para gente de izquierdas, quiero construir un proyecto político para todos los ciudadanos que estén por el cambio (...) por eso los que nos empujan hacia un acuerdo de las izquierdas nos empujan hacia un escenario donde saben que no podemos ganar, es el adversario haciéndote la alineación", agrega.
¿Y una alianza con el Partido Socialista español?: "el único escenario en el que yo veo un acuerdo posible es que nosotros tengamos más votos", afirma.
Fuera de España, los enemigos siguen estando claros, el gobierno alemán en primer lugar, porque "vivimos en una Europa dominada por Alemania y eso es una mala noticia para los europeos del sur".
"Me parece indignante que haya habido tanta agresividad para imponer a Grecia condiciones draconianas, sin embargo esa dureza a la hora de imponerse no se ve cuando se trata de ayuda humanitaria" para los refugiados, lanza.
Y frente a Alemania, "Francia ha renunciado a tener una relación de igual con Alemania y por eso he empleado la palabra 'cobarde' que es la que define a un presidente de la república que no se ha atrevido a poner límites a Angela Merkel", acusa en la víspera de una intervención conjunta del presidente francés y la canciller alemana ante el Parlamento Europeo.
"Si Francia no pone límites a Alemania ¿quién va a poner límites a Alemania en Europa? Es muy decepcionante", concluye Iglesias.
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