El presidente de Somalia pide "una vía mejor" al cierre del campamento de refugiados de Dadaab

EUROPA PRESS

En una entrevista concedida a la cadena de televisión británica BBC, Mohamed ha subrayado que la repatriación forzosa no beneficia a ninguno de los países, abogando por un plan para que "sea ordenada, digna y basada en el Derecho Internacional".

"No queremos que nuestras relaciones con Kenia se vean afectadas", ha manifestado, subrayando el agradecimiento de Mogadiscio a las autoridades kenianas por alojar a miles de refugiados en Dadaab, abierto en 1991.

La semana pasada, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, dejó ver que todavía hay "espacio para el debate" acerca de su decisión de cerrar el campo de refugiados, según informó una delegación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la cual se ha opuesto a cualquier tipo de cierre forzado.

Kenia, que ha sufrido numerosos ataques de milicianos somalíes durante los últimos tres años, ya anunció el año pasado un plazo límite de tres meses para el cierre de Dadaab, pero nunca siguió adelante con la propuesta.

Somalia, Kenia y el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) firmaron un pacto en 2013 para la repatriación voluntaria de refugiados somalíes, algunos de los cuales habían vivido en Dadaab durante décadas. Desde Nairobi alegan que el proceso de implementación de dicha medida ha sido demasiado lento.

ACNUR anunció en enero su intención de repatriar a unas 50.000 personas en 2016, pero debido a las dificultades que está teniendo el Gobierno de Somalia, que aún se encuentra en conflicto con el grupo insurgente Al Shabaab, ha reconocido que puede que no llegue a cumplir objetivo para este año.

El campo de refugiados de Dadaab, que se extiende a lo largo del noreste de Kenia, ha disminuido mucho su número de refugiados, que llegó a alcanzar el medio millón de personas, ya que muchos están volviendo a sus hogares mientras Somalia parece recuperarse lentamente del conflicto.

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