El presidente armenio confirma dos policías muertos tras el final de la toma de la comisaría de Ereván

El presidente de Armenia, Serzh Sargsián, ha confirmado que ha habido al menos dos muertos en la toma de una comisaría que mantenía un grupo de hombres armados desde el 17 de julio, al tiempo que ha destacado que la actuación de las fuerzas de seguridad armenias ha evitado un balance con más víctimas.

"Ayer la situación creada como resultado del asalto de una comisaría por parte de un grupo armado fue finalmente resuelta. Fue resuelta de un modo que fue probablemente el más aceptable para todos nosotros: el Servicio Nacional de Seguridad, la Policía, el Servicio de Seguridad Estatal y el Ministerio del Interior mediante sus actividades consistentes y coordinadas obligaron a los miembros del grupo armado a deponer las armas y entregarse", ha contado el mandatario armenio, según informa la agencia Armenpress.

El presidente se ha mostrado "muy contento" por el hecho de que se haya podido evitar "el clásico" escenario en el que se resuelve una toma de rehenes mediante el uso de la fuerza, aunque esa opción "también" se había barajado.

"Hemos sufrido dos bajas y hemos tenido muchos heridos. Expreso mis condolencias a las familias y amigos del sargento de la Policía Yuri Tepanosian. Mostramos nuestra admiración y respeto a la familia del coronel Arthur Vanoyan", ha señalado.

ELOGIA A LAS FUERZAS DE SEGURIDAD POR EVITAR MÁS MUERTES

Sargsián ha hecho hincapié en que la actuación de las fuerzas de seguridad armenias ha permitido "evitar pérdidas humanas" y ha destacado su "profesionalidad" y su comprensión de la importancia de contener la violencia.

"La situación inaceptable ha llegado al final. Sin embargo, su completa resolución todavía no se ha logrado. Lo primero de todo es que hay que hacer una investigación detallada, un examen imparcial e integral y un juicio abierto", ha afirmado el presidente de Armenia, que ha abogado por que cada persona "responda por sus acciones solo ante la justicia". "No habrá otras opciones; cualquier venganza personal será impedida por la ley", ha añadido.

El mandatario armenio ha dicho que habrá que sacar conclusiones sobre lo sucedido y ha advertido de que realizar un "completo análisis" sobre el asalto "llevará tiempo". "Las últimas dos semanas y las pérdidas que hemos sufrido son inaceptables. Las pérdidas humanas, sociales y de valores y el enorme impacto que ha sufrido nuestra economía. Ningún país en el mundo puede permitirse que pase esto. Además, Armenia no tiene derecho a hacerlo", ha asegurado.

NADIE PODRÁ VOLVER A TOMAR A ARMENIA COMO "REHÉN"

Tras asegurar que "nadie" podrá volver a "tomar" a Armenia como "rehén, el mandatario ha subrayado que los problemas "no se resolverán mediante la violencia o las armas". "Ereván no es Beirut ni Alepo. No dejemos a nadie importar soluciones de siglos anteriores o de la Guerra Fría a Armenia", ha afirmado.

El 17 de julio, un grupo armado irrumpió en una comisaría del sureste de Ereván y tomó rehenes para exigir la liberación del dirigente opositor Yirair Sefilián, líder de las formaciones Nueva Armenia y Parlamento Constituyente, acusado de posesión ilegal de armas.

Los atacantes exigieron la dimisión del presidente armenio, Serzh Sargsián, y la formación de un gobierno interino. En los días posteriores, el grupo fue liberando a los rehenes, hasta soltar a los últimos el 23 de julio, pero se negó a desalojar el cuartel, en cuyas inmediaciones montaron guardia representantes de la oposición para impedir un asalto.

En la noche del 20 al 21 de junio hubo enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Los desórdenes se saldaron con 51 heridos y 136 detenidos. En la madrugada del 27 de julio, dos miembros del grupo se rindieron a la policía.

Más tarde, un agente y dos milicianos, incluido el líder del grupo, Pavel Manukian, resultaron heridos en un tiroteo. Los dos milicianos fueron hospitalizados. Ese mismo día, los milicianos capturaron a cuatro personas del equipo de una ambulancia que había llegado para socorrer a los heridos. Posteriormente, liberaron a uno de los médicos, pero retienen a los tres restantes y dicen que les dejarían ir si les sustituye otra brigada.