Primer senador homosexual casado de Argentina luchará por alentar la igualdad

  • Un defensor de los derechos gais, que lleva la lucha "por la igualdad" como bandera, se convirtió en el primer senador homosexual casado en Argentina, el primer país de Latinoamérica en habilitar por ley el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Maricel Seeger

Buenos Aires, 29 jul.- Un defensor de los derechos gais, que lleva la lucha "por la igualdad" como bandera, se convirtió en el primer senador homosexual casado en Argentina, el primer país de Latinoamérica en habilitar por ley el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El abogado Osvaldo López, de 39 años, cumple sus primeras horas como senador nacional rodeado de papeles y proyectos que planea impulsar, entre los que figura un nuevo régimen de servicios financieros y la posibilidad de que travestis y transexuales puedan cambiar el nombre con el que fueron inscritos en su documento de identidad, explicó hoy a Efe el legislador.

López, de la agrupación de centroizquierda Nuevo Encuentro, representa a la provincia de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina, donde en diciembre de 2009 se concretó el primer enlace entre personas del mismo sexo gracias a un decreto gubernamental que permitió a Alex Freyre y José María di Bello contraer matrimonio.

Unos meses después, en julio del año pasado, el Parlamento argentino aprobó el matrimonio homosexual como corolario de un fuerte debate que enfrentó el rechazo de la Iglesia y de sectores políticos conservadores.

"Esta ley le dio institucionalidad a una realidad que viene de tiempos memoriales. Es un reconocimiento público que permite cerrar un circuito con horizontes de igualdad", opina el legislador, que asumió esta semana su banca a raíz del reciente fallecimiento en un accidente de tránsito de José Martínez.

López se casó el 10 de octubre pasado con su pareja, Javier Calisaya, en Tierra del Fuego, en lo que constituyó el primer caso de un funcionario de la provincia en casarse con una persona del mismo sexo, tras la sanción de la ley.

Ambos se conocieron por su militancia en la patagónica Ushuaia, capital de Tierra del Fuego, y conviven desde 2005.

El flamante senador no descarta incluso adoptar un bebé, tal como lo habilita la ley, aunque reconoce que para eso deberán "adaptar" su vida a la paternidad ya que "a veces la condición de militante y funcionario no permite dar el tiempo que necesita un hijo".

El de López fue uno de los cerca de 3.000 casamientos homosexuales que se celebraron en el primer año desde la aprobación de la norma, pese a que jueces de algunos registros civiles del país se resistieron a cumplir con la ceremonia.

"Si uno tiene que ser condenado o acusado es por lo que haga en la vida pública y no en el ámbito privado. Yo nunca anduve con un cartel en la frente, pero tampoco permití que me discriminaran. Si uno vacila, se debilita y abre paso a que quienes quieran hacer daño, puedan hacerlo", sostiene este político que milita desde los 16 años.

En realidad, su militancia comenzó en el centro estudiantil de la escuela a la que asistía en Malabrigo, un pequeño poblado de la provincia de Santa Fe, donde nació López.

"Después de recibirme de abogado en la Universidad Nacional del Litoral, me mudé a Tierra del Fuego, donde comencé a ejercer como abogado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)", la segunda central sindical del país, recuerda.

"Allí, trabajaba por derechos sociales, de vivienda y laborales, para lograr una mayor equidad, igualdad y libertad", explica el legislador, quien en 2005 comenzó a militar en Afirmación por una República de Iguales (ARI) para luego pasar a las filas de Nuevo Encuentro.

Su militancia hizo que en 2007 asumiera como legislador de Tierra del Fuego, cargo que ejerció hasta este miércoles, cuando marcó un hito en el Parlamento al asumir como el primer senador gay casado del país, cuya Constitución reconoce el carácter preeminente de la religión católica.

En Argentina hay unos 2,4 millones de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales, el equivalente al seis por ciento de la población (40 millones de habitantes), lo que supone que el uno por ciento de los miembros de la comunidad homosexual ha contraído matrimonio al calor de la nueva normativa, según datos de entidades del colectivo.

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