Puigdemont logra dinamitar Podemos y despertar a la mayoría silenciosa

  • Los anticapitalistas de Podemos reconocen la DUI en Cataluña, mientras que el PP y el PSOE se mantienen firmes en defensa de la ley.
Una de los carteles en la manifestación de Sociedad Civil Catalana
Una de los carteles en la manifestación de Sociedad Civil Catalana
EFE

Efectos colaterales de la DUI de los independentistas, más allá del riesgo económico, el ridículo político y la vergüenza internacional que hará un daño irreparable a Cataluña y por ende, a toda España: dinamitar Podemos, donde unos apoyan la independencia y otros no y unir al PP y al PSOE en defensa de la legalidad. Otro más: despertar a la mayoría silenciosa catalana que ha reaccionado 'in extremis' ante el golpe de Estado que puede costar muy caro a una generación.

  

La opinión en este sentido es generalizada. Ya Rivera dio las gracias a Puigdemont de forma irónica por despertar a una sociedad dormida, anestesiada por el bienestar y cabreada con el sistema por la crisis. Pero las voces se han alzado en una manifestación en la que ya ha habido una foto conjunta impensable hace pocas fechas. Sánchez, el hombre del no es no, ha sido capaz de mover su posición en el último momento para demostrar que el PSOE sigue siendo el partido de Estado que siempre fue. Hasta Albiol, ha señalado que los independentistas han estirado esta vez tanto la cuerda que han hecho posible que sacar una bandera española en Cataluña sea posible.

El último en dar esta opinión ha sido el vicesecretario de Política Social y Sectorial del PP, Javier Maroto, ha considerado que, con su actitud, el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha logrado, entre otras cosas, que se visualice que "hay muchos catalanes que también se sienten españoles, dinamitado por dentro Podemos y alineado al PSOE con la defensa de la unidad de España". Considera Maroto que "ha logrado todo esto pretendiendo hacer justo todo lo contrario", desmontando "el mito de que en Cataluña existía solo un pueblo".

Lo cierto es que la manifestación de hoy será recordada como el día en el que se desmontó el mito de España contra Cataluña, y que la verdadera grieta se encuentra (y será difícil de superar) entre los propios catalanes, que han llegado al extremo de no hablar de política en casa, recordando los peores tiempos del País Vasco. Mala arcadia feliz esa. Tampoco hay ya sonrisas en los rostros de Podemos, donde Bescansa, la que sabe de encuestas, da la voz de alarma porque el partido

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