"¿Qué tal el primer día? Muy bien, gracias"

  • Celia Sierra.

Celia Sierra.

Madrid, 14 feb.- "Muy bien, gracias". Así, con prudencia, pero sin ocultar un cierto optimismo, han contestado algunos galeristas cuando se les ha preguntado por las ventas que han realizado en sus primeras 24 horas en ARCO, la feria de arte contemporáneo que ayer abrió sus puertas para coleccionistas y profesionales.

Hay quien, incluso, ha ido más allá al confesar, señalando los primeros puntos rojos bajo las obras ya vendidas, que "mejor que el año pasado", si bien todavía es muy pronto para hablar de cifras en una feria que llega a su XXXII edición en medio de una crisis económica nunca antes vista y con un incremento del IVA de trece puntos, hasta el 21 %, una medida unánimemente rechazada.

Impostado o no, ese optimismo proviene en especial del coleccionista, sobre todo extranjero, que ayer se paseaba en grupo o en solitario por los dos pabellones del recinto ferial madrileño que alberga este año ARCO, el 8 y el 10 de IFEMA, y que fueron los responsables de abrir la veda a la preciada y ansiada invasión de puntos rojos.

La fórmula escogida por los galeristas para combatir la tan importante subida del IVA, además de un previsible menor presupuesto del comprador ocasional y del recorte que han sufrido las instituciones públicas, ha sido mejorar la selección y ajustar los precios.

Así lo reconoce la galerista Raquel Ponce, que este año ha escogido una obra "de buena calidad", pero también de precio ajustado para obtener "una venta mejor", ya que "no hay que engañarse", el principal "objetivo de la feria es vender", señala a Efe mientras atiende y mima a los coleccionistas que pasan por su espacio en una jornada, asegura, "muy dinámica".

Pero precio más adaptados a la situación de crisis no tiene por qué equivaler a obra "más comercial", apunta Nacho Ruiz, de la galería T20, cuya obra "Farmacy Laws", del francés Yann Leto, una esvástica hecha con tubos de neón verde a semejanza del luminoso de las farmacias, ha captado la atención de muchos visitantes con su crítica a las multinacionales farmacéuticas. Su precio: 3.500 euros.

En esta edición de ARCO hay pocas obras "de varios millones de euros". "Eran otros tiempos", señala el encargado de la galería, una tendencia que se puede ver en las más de 200 tanto nacionales como extranjeras, y que apuestan por nombres seguros como Calder, Kusama y Eliasson, en el caso de Elvira González, o Genovés y Botero de la siempre visitadísima Malborough.

La que parece no saber tampoco de crisis es Ivory Press, cuyo responsable se declara "muy, muy contento" y "muy positivo" ante las ventas de la primera jornada, entre las figuran dos cuadros de la arquitecta Zaha Hadid y una lámpara que parece haber explotado firmada por Los Carpinteros, por la que alguien ha pagado 30.000 euros.

La apuesta de esta galería son "los grandes coleccionistas". De ahí que hayan trasladado a Madrid a medio centenar de invitados de este gremio, aclara el responsable, que apunta a los asiáticos -en especial a los indios-, como los compradores más ávidos, aunque todavía es "pronto" y queda mucha feria, añade.

La veterana Juana de Aizpuru también mantiene una actitud positiva, y asegura que no ha acusado la crisis a pesar de la temida subida del IVA, ya que la "mayor parte" de sus clientes son extranjeros y no españoles.

Los artistas seleccionados parece que han eludido como tema central la crisis económica que se vive tras los muros de Ifema, aunque muchos visitantes creen leer un mensaje de crítica en "Ya basta hijos de puta", una obra firmada por la mexicana Teresa Margolles que denuncia la violencia que vive el país latinoamericano, y que ha captado la atención de muchos visitantes.

Pero hay excepciones reseñables, como la galería ADN, que ha expuesto obras de denuncia social de los españoles Democracia o el cubano afincado en Barcelona Adrian Melis, una serie de fotografías de muros en los que hay pintadas que rezan "No a los recortes en sanidad y educación".

La encargada de atender a los posibles compradores de esta galería se declara "muy contenta" con el resultado del primer día, ya que ha vendido media decena de obras. La más cara de su espacio no supera los 20.000 euros, un precio asequible para una feria de arte internacional como ARCO.

Otra crítica es la que insinúan las dos esculturas metálicas del artista Fernández Sánchez Castillo, instaladas cada una en un pedestal en el espacio de Juana de Aizpuru, que representan dos pescadillas mordiéndose la cola.

Mientras la primera tiene por título "World economy" (Economía mundial), la segunda -de la que solo queda la raspa- ha sido bautizada como "Spanish economy" (Economía española).

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