Rajoy se blinda en Moncloa y no dimitirá pese a las presiones internas y externas

  • El líder del PP calificó de inquisitoriales las peticiones de renuncia mientras sus socios le señalaban que era la mejor forma para frenar la moción.
Rajoy se atrinchera en Moncloa
Rajoy se atrinchera en Moncloa
EFE

El todavía presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, vivió ayer posiblemente el peor día de una convulsa legislatura que empezó hace poco más de un año y medio y que ha estado caracterizada por la inestabilidad parlamentaria. Por la mañana, asumía su derrota en la moción de censura del líder socialista Pedro Sánchez -que se votará hoy- tras conocerse la posición favorable a ésta del 'decisivo' Partido Nacionalista Vasco y por la tarde decidía reunirse con su círculo para atrincherarse en su cargo de presidente.

Rajoy afrontó el debate de la mañana con gesto serio y con un discurso muy duro y sarcástico para responder a Sánchez, pero en ningún momento planteó, ni de lejos, la posibilidad de dimitir y de convocar nuevas elecciones. Defendió su posición asegurando que los españoles le habían dado su confianza para cuatro años, que había sacado los mejores presupuestos para España con el apoyo de siete formaciones, que el fallo de la Gürtel no apuntaba a nadie de su Gobierno y, por último, insistiendo en que los ciudadanos están disfrutando una situación económica y laboral excepcional en la última década.

El presidente tachó de inquisitorial la exigencia de dimisión que le planteaban los grupos parlamentarios tras la sentencia de Gürtel y ante la petición de renuncia de Sánchez, que incluso aseguró a Rajoy que frenaría su moción si dimitía, el presidente fue tajante: "Un dirigente dimite cuando pierde el apoyo de los ciudadanos o de la Cámara y yo tengo el apoyo de los ciudadanos y, de momento, el de la Cámara". Por la tarde, ni siquiera acudió al Congreso.

La opción de la renuncia es la que le había reclamado desde el principio Ciudadanos, su socio de legislatura, para facilitar unas elecciones, y también algún dirigente del PP, que consideraba que era la mejor manera frenar la llegada de Sánchez a Moncloa. Incluso otros dos de sus aliados, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria (CC), que apoyaron los presupuestos 'populares', se alejaron de la posición del presidente, pidiendo el primero la convocatoria de elecciones; y la diputada de la segunda formación decantándose por la abstención en la moción. 

La rígida postura de Rajoy fue constatada por fuentes del Ejecutivo y, posteriormente, por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que a media tarde negó la posibilidad de que el presidente dimitiese para evitar que prosperase la moción de censura contra él. "A quien extiende ese rumor le pido que deje de hacerlo. Suena demasiado que quieren tapar la vergüenza de haber provocado esta situación", dijo.

La dirigente del PP aseguró que la renuncia supondría un ejercicio estéril y que no beneficiaría al interés general de España y del Partido Popular, "que van de la mano en este caso". Al tiempo, zanjó la posibilidad de que el PP pudiera gobernar si se produjera la dimisión "como están diciendo en algunos sitios. La aritmética parlamentaria impide que aunque Mariano Rajoy dimita gobierne el Partido Popular". 

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