Red de diplomáticos sirios lucha para acabar con el régimen, dice un desertor

Ginebra, 30 ago.- Danny al Baaj, un diplomático sirio que desertó de la misión permanente de su país ante la ONU, afirmó hoy que hay una red de profesionales y funcionarios sirios que trabajan "desde dentro" para acabar con el régimen de Bachar al Asad, pero manteniendo las estructuras del Estado intactas.

"Durante un año yo trabajé oficialmente como diplomático pero al mismo tiempo colaborando con la oposición porque consideré que para 'la causa' era más útil trabajar 'desde dentro", dijo Al Baaj en una rueda de prensa en Ginebra, donde durante dos años fue primer secretario de la misión permanente de Siria ante la ONU.

Al Baaj explicó que siete funcionarios del Ministerio de Exteriores de Siria han renunciado oficialmente, que algunos han buscado asilo en los países donde trabajaban y otros lo han hecho en países vecinos.

Afirmó que "son muchos más" los que no están de acuerdo con el comportamiento del régimen y trabajan desde sus puestos para socavarlo y ayudar a la oposición.

"Existe una red de diplomáticos sirios, algunos en Siria y muchos en el exterior que 'trabajan desde dentro' para ayudar a la oposición, no puedo citarlos ni dar números por razones obvias", aclaró.

El joven diplomático explicó que este comportamiento no es aislado, sino que hay mucha gente en el interior del país, que sin abandonarlo, o sin luchar activamente en el conflicto armado, colabora en el objetivo de derrocar al régimen.

Al Baaj puso como ejemplo la salida de sus padres de Siria: "como yo estaban en una lista negra del gobierno y por tanto se les prohibía la salida del país. Sin embargo, cruzaron la frontera con Líbano sin problemas. El taxista que los llevó les contó que él había visto como los agentes de fronteras comprobaron que figuraban en la lista, y sin embargo, los dejaron salir".

"Hay mucha gente que ayuda, dentro y fuera, y que no siguen las órdenes del régimen", agregó.

Actualmente, Al Baaj y sus padres han recibido la confirmación de las autoridades suizas de que obtendrán algún tipo de permiso de residencia, "aunque aún no sé cual", especificó.

Al Baaj decidió "sacar" a sus padres de Siria para evitar represalias contra ellos, como ha sucedido en numerosos casos de familiares de desertores del régimen.

Según este diplomático en Damasco se concentran las estructuras de poder, pero también los engranajes de un Estado que Al Baaj quiere que se mantenga intacto cuando la dictadura de Al Bachar acabe.

"Yo defendí desde mi puesto y sigo defendiendo ahora a Siria, no al régimen sirio. Trabajé y trabajo porque se mantenga la soberanía, la independencia y la integridad territorial de mi país", añadió.

Es por ello que considera que cualquier intervención externa debe respetar estos principios y, sobre todo, contar con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, para que sea un esfuerzo multilateral y que no responda a ningún otro interés que el del pueblo sirio.

Durante sus daños en Ginebra, Al Baaj, fue el representante sirio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y no ve ninguna contradicción entre sus opiniones y lo que tuvo que defender.

"Yo trabajé porque las resoluciones fueran lo más amplias posibles y que contaran con el mayor consenso posible, cosa que no ocurrió. Además, puse especial énfasis en que el régimen de Asad diera pruebas de que pedía responsabilidades a los autores de violaciones, cosa que nunca hizo porque ni uno sólo ha sido juzgado, a pesar de que se comprometieron a hacerlo".

El diplomático rechazó rotundamente que en Siria haya una guerra sectaria entre representantes de diferentes grupos religiosos, "eso es la propaganda del régimen", dijo, al tiempo que rechazó la presencia de Al Qaeda en el país, "a menos que consideren a alguien como yo miembro de Al Qaeda".

A pesar de que el conflicto no hace más que recrudecerse, y que ya ha dejado más de 25.000 muertos, más de un millón de desplazados internos, y más de 215.000 refugiados en terceros países, Al Baaj, considera que la victoria sobre el régimen es posible y que cuando esto ocurra no vendrá el caos.

"No habrá venganza, se establecerá un proceso de reconciliación, pero obvio, con el derecho a la verdad y con un proceso de asunción de responsabilidades", afirmó con esperanza.