Romney gana en los números pero no en el mensaje en la carrera republicana

  • El mensaje de Mitt Romney, el republicano con más opciones de ser nombrado candidato presidencial, no cala entre los conservadores pese a que sigue sumando delegados, algo que podría no ser suficiente si Rick Santorum, triunfante hoy tras sus victorias de anoche, se convierte pronto en su único rival.

Jairo Mejía

Washington, 14 mar.- El mensaje de Mitt Romney, el republicano con más opciones de ser nombrado candidato presidencial, no cala entre los conservadores pese a que sigue sumando delegados, algo que podría no ser suficiente si Rick Santorum, triunfante hoy tras sus victorias de anoche, se convierte pronto en su único rival.

Mitt Romney tiene a su favor los números, después de que ayer, tras las primarias de Alabama, Misisipi y los caucus (asambleas populares) de Hawai y Samoa Americana, sumara 42 delegados frente a los 38 del exsenador por Pensilvania Rick Santorum.

Todo esto pese a que Santorum, que conquistó el importante voto de los estados sureños de Alabama y Misisipi gracias a su capacidad de movilización de los más conservadores, asestó un nuevo golpe de efecto contra Romney, que sigue sin convencer a las bases.

El portavoz de campaña de Romney, Rich Besson, dijo hoy en un memorándum que los márgenes en el número total de delegados no permitirán a Santorum "matemáticamente" alcanzar la nominación.

"En vez de acortar diferencias (los aspirantes), la han visto aumentada", indicó Besson en un comunicado plagado de cálculos sobre el número de delegados que Romney ha ido sumando en la última semana.

Según las proyecciones del diario The Washington Post, Romney acumula ya 495 delegados frente a los 252 de Santorum. Pero el tiempo corre en contra del exsenador de Pensilvania si sigue repartiéndose sus opciones con el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich (131 delegados) y el congresista tejano Ron Paul (48).

Con estos números, la pelota está ahora en el tejado del tercero en discordia, Gingrich, que se enfrenta a renovadas presiones para que se retire y ceda el protagonismo y los votos a Santorum.

Aún quedan unos 1.358 delegados por decidir y el mínimo requerido de 1.114 aún podría inclinarse a favor de Santorum, pese a que Romney concentra el mayor número de ellos, de fondos para la campaña y sigue acumulando apoyos entre las filas republicanas.

Hoy, Tom Ridge, secretario de Seguridad Nacional durante la administración de George W. Bush, dio hoy su apoyo al exgobernador, después de ponerse al inicio de la carrera republicana del lado de Jon Huntsman, quien abandonó en enero.

El gobernador de Minesota, Tim Pawlenty, otro de los líderes republicanos que apoya a Romney, dijo hoy que "no es fácil, esto es una pelea, aunque si se mira con detenimiento, una persona razonable concluirá que él (Romney) es quien tiene más posibilidades de ser nominado".

John Brabender, consejero de Santorum, dijo hoy en CNN que las declaraciones de Romney asegurando que sus rivales ya van a la desesperada para darle caza "es un insulto a los votantes de Alabama y Misisipi" y que los números no lo son todo en esta puja.

Santorum, que ha remontado con un discurso ultraconservador, ya prepara el siguiente asalto con el inicio hoy de su campaña en Puerto Rico, donde el ganador se llevará el próximo domingo los 23 delegados en liza.

El martes, las primarias de Illinois, donde hay 69 delegados en juego, podrían dar un respiró a la irregular progresión de Romney, ya que una encuesta del diario Chicago Tribune le da una ligera ventaja de cuatro puntos porcentuales frente a Santorum.

La carrera republicana podría quedar más clara el 24 de abril, día en que se celebran las primarias de Nueva York y Pensilvania, el estado de Santorum y en el que está obligado a ganar.

Si los 167 delegados de esos dos estados para la convención republicana de agosto en Tampa (Florida) se repartieran sólo entre dos contendientes esas primarias podrían ser decisivas para dar a uno u otro un impulso clave y diferenciador.

Mientras tanto, los responsables de la campaña de reelección del presidente Barack Obama juegan sus cartas con sutileza, todavía sin entrar directamente en campaña, mientras el Partido Republicano se divide en luchas internas.

Con la invitación el lunes de Obama al primer ministro británico, David Cameron, de visita oficial a EE.UU., para asistir a un partido de baloncesto universitario en Dayton (Ohio), el presidente se apuntó un tanto, al robar protagonismo mediático a las primarias republicanas en los medios de ese estado, que será clave en las elecciones del 6 de noviembre.

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